31.7.07

Top 5 de animales

El otro día, mientras leía el blog de Interrogación, donde ella narra que un taxista le preguntó si ella creía que los dragones existieron, se me ocurrió la presente entrada.
Me encanta la fuerza, la grandeza, la posibilidad de volar con un cuerpo tan grande y pesado, su híbrido entre ave y serpiente, su fortaleza, su fuego y el recuerdo de un posible ayer.
El único animal sobre la Tierra que puede ver directamente al sol sin lesionarse las pupilas. Vuelan a grandes alturas y son capaces de ver un conejo desde allí. Además, muestran fuerza y grandeza. Es un animal inteligente.
Son los verdaderos reyes de la selva. Son sumamente elegantes. El felino más grande sobre el planeta. Astuto, paciente, callado, pero certero. Veloz, fuerte y de mirada penetrante. Imponente.
El mamífero más grande sobre tierra sólida. Me encanta la paz que transmiten, la serenidad con la que pasean y viven, pero también su unión cuando es necesario defender al grupo. Animales legendarios y sumamente memoriosos. Grandes y sumamente fuertes.
De niño era el animal que más dibujaba. Me encanta su línea. Los tiburones me parecen hermosos, pero los Grandes Tiburones Blancos son majestuosos. Son el ejemplo vivo de años de evolución perfectamente diseñado. Ágiles, excelentes nadadores y hermosos.

30.7.07

Cita

Abrí un libro que fotocopié hace tiempo ya que se ha dejado de reimprimir y me encontré con que el dueño del libro colocó a manera de firma una cita que me agradó y perfectamente puede leerse junto con el texto que previamente dejé aquí.

"El hombre se halla encerrado en un palacio de espejos cuyos juegos lo desorientan para conducirlo mejor hacia sí mismo." Jean Rousset.

Hombre, Ser y Verdad

Hoy por la mañana que venía para mi trabajo en metro leía La esencia de la verdad de Heidegger. El texto original está en alemán --Von Wesen der Wahrheit-- pero dado que no he continuado con el estudio de esa lengua tan hermosa, tengo que remitirme a la traducción de Ted Sadler, The Essence of Truth, la cual hasta el momento me parece ha buscado respetar en gran medida el original. Justo cuando el metro estaba por arribar a la estación donde debo descender para llegar a mi trabajo me topé con la siguiente línea: "Man is the being that understands being and exists on the basis of this understanding". (Heidegger, 2002, pág. 57). Traduzco: El hombre es el ser que comprende el ser y existe sobre la base de este entendimiento.

Contextualizo para evitar confusiones y divergencias. Este texto de Heidegger analiza dos diálogos platónicos: La Alegoría de la Caverna del libro VII de la República y el Teeteto. Busca en cada uno de ellos la respuesta sobre lo que es la verdad, aletheia en griego. La primera parte se centra en lo que podría ser el texto platónico más famoso y, probablemente, el más leído. La interpretación heideggeriana del mismo hasta el momento ha sido sumamente reveladora. Su disertción me parece es de las mejores que se ha realizado sobre este texto.

A la luz de descubrir cuál es la esencia de la verdad, Heidegger rastrea en el texto platónico las pautas que revelen algo sobre la misma. Dentro de este mismo contexto, se pregunta por la relación entre idea --Forma-- y luz; entre luz y libertad; entre libertad y seres, y cuál es la esencia de la verdad desde la perspectiva del des-ocultamiento (¿revelación?) --unhiddenness-- al surgir de la unidad de estas relaciones. (Ibid, pág. 34).

Al ir develando cada una de las respuestas a estas preguntas llega a una última que resulta cardinal en el comprendimiento de la verdad: ¿Cuál es la esencia del hombre? ¿Qué entendemos por humano? De la respuesta que demos a estas dos preguntas dependerá la conclusión sobre la verdad a la que lleguemos. De acuerdo con el alemán, y hasta donde llevo leído del texto, lo esencial siempre será imposible de probar, o, dicho de otro modo, queda fuera de la esfera de la probidad y de la no-probidad. "What is provable is already dubious in respect of essentiality", sentencia Heidegger. (Ibid, pág. 56-57)

Esto arroja un inminente cestionamiento: Si lo esencial es imposible de ser probado, ¿cómo puedo asirme de la verdad? Nuevamente, la respuesta está en nosotros mismos. La esencia de las cosas y, por lo tanto, la verdad de ellas, no está en el exterior, sino en el ser humano. Si estuviera en las cosas, la verdad sería un objeto, la esencia sería objetivable, cuantificable, pero no lo es. La verdad es cognoscible, mas no cuantificable. Ahora bien, no por el hecho de estar en nosotros, la verdad es subjetiva. De hecho, es un rotundo error pensar que lo es. Si lo fuera, sería imposible que al leer este texto entendieran cada una de las palabras que estoy redactando e, incluso, que la verdad no es subjetiva.

Al leer "la verdad no es subjetiva" habría quien podría entender que dije que "la verdad es subjetiva" o que "la verdad es un árbol". Incluso, que "la verdad no existe" o cualquier otra cosa que en ese momento mentalmente los invada. La realidad es que no sucede así. Leen "la verdad no es subjetiva" y comprenden perfectamente el sentido de la oración y de cada una de las palabras allí escritas. Sin embargo, la verdad no está en las palabras, como tampoco en ustedes como sujetos cognoscentes, sino en la simbiosis que se lleva a cabo entre las palabras y su capacidad para conocer.

Dicho lo anterior, ¿quiénes son capaces de verdad? Esta duda aparece casi instantáneamente. ¿Los animales pueden conocer la esencia de las cosas? Al parecer pueden diferenciar entre el agua y la comida, entre la sed y el hambre y muchas otras cosas más, pero, ¿es posible afirmar que conocen verdad? Me parece que no. La verdad es poder descubrir lo que está oculto. Mi perro, por ejemplo, puede saber quién soy, a saber su amo, quien lo alimenta, saca a pasear y quiere, pero no sabe en realidad quién soy. Y además, jamás se lo preguntará. No es propio de él dicho ejercicio intelectual.

"Truth is neither somewhere over man (as validity in itself), nor is it in man as a physical subject, but man is 'in' the truth. Truth is something greater than man. The latter is in the truth only if, and only in so far as, he masters his nature, holds himself within the unhiddenness of beings, and comports himself to this unhiddenness". (Ibid, pág 55). No basta con nacer con la capacidad intelectual para adquirir verdad. Es un proceso continuo de educación, una habilidad que radica en nosotros mismos, pero que debe ser activada. De lo contrario, podemos pasar el resto de nuestra vida percibiendo cosas, pero nunca logrando aprehendiéndolas. El des-ocultamiento de la realidad será posible cuando hayamos violentado nuestra naturaleza hacia dicha condición.

Considero que esta interpretación de la verdad realizada por Heidegger a partir del texto de Platón supera la definición aristotélica que reza que ésta es "la adecuación del intelecto con la verdad". Aclaro que no la elimina, pero sí profundiza más en lo que es la verdad. La definición de Aristóteles nos permite evitar el relativismo filósofico, pero la definición que Heidegger extrajo de la Alegoría de la Caverna profundiza en lo que es.

Si, entonces, "El hombre es el ser que comprende el ser y existe sobre la base de este entendimiento", queda establecida una relación intrínseca entre Verdad, Ser y Hombre. Para pensar en uno hay que pensar en el otro. Las divisiones lógicas surgidas de la capacidad analítica de todo ser humano deben servir sólo para comprender mejor la integralidad que poseen estos tres conceptos. ¡Cuánto placer puede generar encontrar una verdad!

27.7.07

Visita al psicoanalista III

Lo sé. No tengo pretextos. O tal vez sí los tengo pero no me interesa compartirlos. Siempre he pensado que justificarse es negarse; las acciones deben hablar por uno mismo y no nosotros por nuestras acciones. Cosa más absurda. Existe un hecho rotundo. No he ido a las consultas. Las razones que te dé para justificar mi ausencia pueden resultar baladí o no, al fin y al cabo, accidentales. Sin embargo, como parte de la terapia, te platicaré lo que he estado haciendo y cómo han estado mis pensamientos. Estuve de vacaciones. Fue maravilloso. Siempre había tenido ganas de ir al desierto, internare en él y contemplar la quietud, la ausencia de sonido, la magia de la soledad. Tomé el auto y recorrí por autopista varios estados del país. Algunos paisajes son hermosos, otros cansados, otros tantos tristes y los hay feos también. Llegué al desierto. Una de las cosas que me recomedaron mucho hacer era buscar un chamán y convivir con él durante algunos días. Así lo hice y encontré a Don Juan. Excelente persona. Hospitalaria. Con Don Juan vivían otras personas más, aunque nunca logré detectar su lugar en la choza. Igualmente amables. Lo primero que Don Juan llevó a cabo al arribar a sus dominios fue hacerme una limpia con humo, una plumas de diversas aves que finalizó con una infusión de diversas yerbas. No sabía bien, pero según me dijo, era para purgar mi espíritu de las sombras que cargaba. Otro día, después de horas de pláticas sobre la naturaleza y el ser --en su sentido más puro y filosófico que puedas imaginarse-- me llevó a una planicie donde nos sentamos para respirar la naturaleza y llevar a cabo el siguiente paso del ritual de purificación: comer un gajo de peyote. Esto fue algo completamente nuevo para mí. En mi vida he probado drogas, sintéticas o naturales. Simplemente no me atraen, no las considero necesarias para alterar mi consciencia. Sin embargo, no podía rechazar el noble ofrecimiento de Don Juan. Lo tomé y lo ingerí. Sabe amargo. El ritual suele hacerse con varias personas, pero en esta ocasión sólo estábamos Don Juan y yo. Previo a comer el peyote me comentó que si me daban náuseas, no me preocupara y vomitara en una bolsita que me había dado previamente. "Es normal, es lo que tu espíritu necesita expulsar". Al poco tiempo entré en un estado nuevo de mí mismo. Fui sintiendo una empatía hacia todo lo que me rodeaba. La naturaleza era mi amiga, la amaba. ¡Increíble! Después, el espectáculo visual estuvo de maravilla. Todo estaba más vivo. Los colores brillaban con una intensidad que jamás había experimentado. Don Juan comenzó a tocar un tambor que había llevado, mismo que acompañaba con un canto. No entendía lo que decía. No era importante hacerlo. Era un mantra que me elevaba aún más hacia mí mismo. Cerré los ojos y me dejé llevar por la música. La realidad comenzó a transformarse y yo con ella. Me vi de anciano, de niño y de tigre. Así es, me convertí en un tigre. Hermoso. Cuando abrí los ojos podía ver cómo del tambor y las manos de Don Juan emanaba una energía color azul que se expandía por todo el lugar. Inundaba todo. Sublime. Me penetraba y era electrizante. Circulaba por mi torrente sanguíneo, lo podía sentir y ver. Don Juan dejó de tocar y comenzó a disminuir el efecto. Regresé. Durante el viaje no vomité una sola vez --creo que eso es bueno. Volé y fue hermoso. Ya en tierra, compartí con el chamán mi experiencia y me dio su interpretación. Ahora quiero escuchar la tuya, Víctor.

26.7.07

Colores favoritos

Azul.

Es un color que me evoca espiritualidad, grandeza, sublimidad. Me encanta.

Verde.

Refleja vida, tranquilidad, paz, recuerdos.


Morado.

Cambio, mutación, consciencia. La mezcla de dos intensidades. Divinidad.

¿Cuáles son tus colores favoritos?

25.7.07

Depresión: encono de la productividad

«Vivir significa asumir la responsabilidad de encontrar la respuesta correcta a los problemas que ello plantea y cumplir las tareas que la vida asigna continuamente a cada individuo.»
Viktor Frankl

¿Se han percatado que la psicología es una carrera que está en franco crecimiento? No sólo eso, los consultorios comienzan a colmarse de personas que necesitan un buen oído y un gran consejo; sobre todo, un buen cerebro que sepa diagnosticar y tratar al paciente. Se vaticina que la depresión es la enfermedad del siglo XXI. Cada vez con mayor frecuencia las personas buscan alguien que los ayude a equilibrar sus emociones y ponga en claro su mente. Es sumamente importante alcanzar este equilibrio ya que de eso depende el resto del rendimiento de cualquier ser humano.

En Expansión (965) se publicó el estudio realizado a las Súper Empresas 2007, de las cuales sesenta aparecen en el ejemplar como las mejores para trabajar en el país. Leyendo la revista me llamó la atención la cantidad de programas sociales que hoy en día se implementan al interior de las empresas.

Por ejemplo, una de ellas ofrece como prestación a sus empleados una línea telefónica de ayuda psicológica las 24 horas. De solicitar consulta, sólo se le cobran 150 pesos por sesión a cada empleado. Además, ofrecen dentro de sus instalaciones una sala con televisiones donde su personal puede tomar una siesta o distraerse por un momento si así lo requiere. La lectura que de esto puede hacerse es clara: a la empresa le interesa la estabilidad emocional de su gente y sabe que en la medida en la que lo estén producirán más durante sus horas laborales.

Las crisis emocionales pueden resultar sumamente costosas. De acuerdo con el Sistema de Salud de la Universidad de Virginia la depresión no tratada afecta al mercado laboral en 12 mil millones de dólares en días de trabajo perdidos cada año. Esta cifra se duplica cuando hay disminución de productividad, debido a que el estado depresivo afecta la capacidad para tomar decisiones, acentúa el déficit de atención, presenta la fatiga, hay pérdida de energía, dificultades para concentrarse y amnesia.

De acuerdo con el Instituto Nacional de la Salud Mental los trastornos de la salud mental representan 4 de las 10 principales causas de discapacidad en las economías de mercado. La mejor noticia de todas es que la depresión es una enfermedad altamente curable; lo único que necesita es ser diagnosticada y tratada.

Nadie puede ni debe olvidar que el ser humano es un ser integral. Si un elemento falla hay que repararlo a la brevedad para mantener al sistema operando lo más eficientemente posible. Trabajo y familia, gustos y disgustos, mente y cuerpo forman un conjunto indisoluble. Pretender separar una cosa de otra es elaborar un ejercicio mental que estará privado de toda objetividad; sobre todo, porque no tendrá un referente real.

La empresa que brinda ayuda psicológica a su personal sólo es un ejemplo de lo que cualquier organización puede hacer por sus empleados, lo cual, indiscutiblemente le redituará. Es una estrategia dual, pues al mismo tiempo que muestra interés por el ser humano en su esencia, también lo hace por ella. La capacidad de una persona dentro de la empresa no debe estar medida sólo en términos de cantidad, sino también de calidad. Un empleado deprimido puede estar 8 horas en la oficina frente al monitor, pero la calidad de lo que produce inevitablemente se verá mermada por los factores ya mencionados. ¿Cuál es la calidad de vida que esta persona está llevando?

El eje de cualquier empresa debe ser la persona y tras ella construir los andamios que producirán el éxito personal y profesional de todos. La fórmula es sencilla: a mayor atención y calidez humana, mayor rendimiento profesional, lo cual se traduce en ganancias para todos: los empleados y la empresa. Entre más valoradas se sientan las personas en su trabajo, mejor lo ejecutarán. Sólo resta implementar políticas al interior de la empresa que comprendan la naturaleza integral del ser humano.

Publicado en El Economista (24/julio/2007)

24.7.07

10 razones por las cuales no me gusta la lluvia

Desde muy pequeño comenzó mi aversión hacia la lluvia. Entiendo que es necesaria para el ciclo de la naturaleza, las cosechas y el enfriamiento del planeta (aunque hoy parece todo lo contrario). Sin embargo, no me gusta y aquí van mis razones:

1. Los partidos de béisbol son suspendidos cuando llueve, y aun si no lo fueran, es imposible jugar con el bat y la pelota mojados (odiaba cuando la tele decía "suspended for rain" sobre un partido de béisbol).

2. No es posible andar en patineta porque echa a perder la tabla de triplay y los baleros de las llantas. En general, oxida todo.

3. No se puede salir a echar la cáscara de basquetbol cuando llueve.

4. Echa a perder los paseos familiares al aire libre.

5. Es causa de más tráfico en las calles.

6. Te encarcela en donde estés.

7. Si te aventuras a salir porque te urge llegar a un lugar, te mojas y se echa a perder el traje y la corbata.

8. Si te mojaste a causa de una lluvia repentina es posible contraer resfriado.

9. De acuerdo con las aseguradoras, los accidentes de automóvil se incrementan cuando llueve.

10. Nubla todo y lo entristece.

23.7.07

Tres generaciones

Ayer fuimos a comer a Coyoacán con motivo del cumpleaños de mi madrina. A la salida del restaurante hay una banca de madera que invita a ser utilizada. Mi papá y mi hijo aceptaron la invitación casi inmediatamente. Yo tardé un poco, pero decidí acompañarlos. Aquí dejo una muestra de lo que fue.

Lo mejor de la foto es que fue in fraganti, mi hermana nunca nos avisó que la tomaría y no logro recordar hacia dónde y qué mirábamos los tres con tanta curiosidad. Son de esas postales que sé me gustará ver a lo largo de los años y que seguro a mi hijo también le gustará remembrar e imaginar con propósito de los caprichos de una cámara aquella ocasión en la que abuelo, padre e hijo tenían lo mismo en mente.

18.7.07

Atardecer

Sobre el cascarón se pintó un paisaje.

El pincel hundido en el vaso
salió lleno de vida
para recargar sus barbas
en la pureza de un atardecer inexistente.

Aparecieron cielo, mar y sol.
La playa se extiende en el horizonte
como los brazos de una mujer que te recibe.
El sol avanza dejando una estela de cisne a su paso.
El mar gime mientras el viento viaja venturero entre las olas.

Disminuyen los azules. Se precipita el ocaso.
Sigue caminando. Es la acuarela
roja que brilla dorada entre los granos de arena.
Sus rayos inferiores besan los labios de sal.
Su estómago se diluye con la efervescencia de su nombre.
El mar es sangre de dioses, el cielo lo sabe.

La pintura: paisaje de flor colorada.


Acapulco, Gro.
20 de noviembre de 1999.

15.7.07

El eclipse

Celebro mi entrada #100 con mi primer poema premiado en un concurso literario. Ojalá lo disfruten.


Cuando el día fue eternamente noche

las estrellas surcaron todo el cielo.


Viajaron desde puntos infinitos.

Viajaron y llegaron al opaco

espejo de mundanas realidades.


Y cayeron quemadas al abismo.


Penetraron el mar,

tuvieron nado;

al pintarse nubes,

se hicieron alas;

y del barro

salieron caminando.


Dejaron la semilla en uno sólo.

En ese que pudiera dar el paso

hacia la luz,

con el primer destello,

de un sol ya oscurecido por el hombre.

31 de agosto de 1999.

13.7.07

Visita al psicoanalista II

¿Cómo te ha ido, Víctor? Ha pasado una semana. Le he dado vueltas a lo de mi abuelo y he decidido que hoy no quiero hablar de eso. Ya tendremos tiempo para platicar sobre ello con más tranquilidad y mejor digerido. El tema de hoy será distinto. Quiero contarte sobre uno de mis sueños más recurrentes. Resulta que estoy en la playa --¡ah, cómo extraño unas vacaciones al lado del mar, tomando una cerveza mientras permito al sol colorear mi blanca piel-- cuando de repente percibo que un maremoto se acerca. La ola es inmensa. Fácilmente mide 50 metros de alto. Es gigante. No me muevo. Observo cómo se acerca y revienta. La espuma de varios pisos de alto me toma y me escala hasta la cima de la cresta. En ese instante ya no soy una víctima de la ola, sino parte de ella. Hay algo de ansiedad en mí, pero la adrenalina es superior. Monto la ola --nunca he surfeado-- y me dejo guiar por su sabiduría milenaria. Poco a poco comienza a secarse, se retira y me abandona en la misma playa donde me recogió. En ningún momento sentí miedo. Por el contrario, era una gran admiración. La naturaleza sobre mí, poseyéndome, recuperándome. Aún siento el vaivén del oleaje. Me despierto y nunca lo olvido. Hoy soñé con la ola, el maremoto, el mismo que acabó con las vidas de muchas personas en Asia hace algunos años. No me queda duda, me digo a mí mismo al recuperar la conciencia en su totalidad, la naturaleza manda. Nosotros somos parte de ella, pero no somos ella. ¿Eso quiere decir que yo soy un poco de todos, sin serlo? ¿Significa que no soy nadie siempre que procuro definirme? ¡Oh exquisito conflicto! Víctor, creo que me iré de vacaciones. A mi regreso te busco para continuar con las terapias. Gracias por tus valiosos consejos, los aplicaré.

12.7.07

Visita al psicoanalista I

Hay varios asuntos que necesito tratar con usted, ¿o le puedo hablar de tú? Yo preferiría que nos tutéaramos pues de esta manera el ambiente se relaja y es más fácil establecer confianza entre usted y yo, Dr. Zayes. Pero quedamos que ya te iba a llamar por tu nombre de pila. Lo cierto es que últimamente he estado pensando en mi abuelo. ¿Quién fue mi abuelo? Nunca lo conocí. Me dicen que era un buen tipo. Creo que español o algo así. Era alto, caucásico y de ojo claro. No sé cómo haya sido con sus hijos porque hablan poco de él. Mi papá lo menciona sólo cuando es necesario y siempre que le pregunto algo sobre él distrae la conversación. ¿Por qué será? ¿Tienes alguna idea de la razón que esconde mi padre para ocultarme la identidad del suyo, Víctor? Llevo años preguntándomelo. Estéril, no llego a nada. Por eso recurro a ti, tal vez me puedas ayudar, ¿puedes? Incluso quisiera saber por qué algo así me quita tantas horas de pensamientos claros. ¿Cuál es la relevancia de mi abuelo, el desconocido --porque al otro sí lo conocí--, en mi vida? ¿Por qué me obsesiona tanto conocer a alguien que no conocí? Es curiosa la necesidad humana por querer conocer lo desconocido. Insistimos una y otra vez en ello, tercamente hasta que ya no podemos más. Pero sí podemos más y por eso recurrimos a la terapia --ponle el nombre que quieras--, pero lo hacemos. Psicología, psiquiatría, psicoanálisis, metafísica, flores de bach, lectura de cartas, médico general, chamán o quien consideremos que puede auxiliarnos en esta endemónica tarea. El adjetivo es lo de menos. Yo estoy aquí, frente a ti, Víctor, reflexionando sobre mi abuelo mientras tú pacientemente me escuchas y haces anotaciones en tu libreta con tu pluma azul. Me dices que busque las emociones que me genera la ausencia de mi abuelo patern0. La verdad es que ni siquiera tengo claro si lo odio, lo extraño, o es llana curiosidad. ¿Por qué habría de odiarlo? Ni siquiera lo conozco. Pero ahora que lo mencionas, sí me genera un sentimiento de agresión. La sangre me hierve y tengo ganas de....llorar. Su ausencia me genera una angustia, ¿cómo soy yo? No, ¿quién soy?, sino ¿cómo soy? En el laberinto de mi mente hay una puerta a la cual no puedo acceder, y me angustia. ¿Soy algo desconocido? ¿Soy un qué? Dígame doctor, dime Víctor, por favor que este ajedrez mental lo estoy perdiendo. No logro acomodar las piezas sin percibir el ataque, sin sentir que estoy derrotado antes de haber comenzado la partida. ¿Quién es mi abuelo? Yo sé que tú lo sabes, Víctor. Lo sé porque he investigado y tú fuiste su compañero durante la Revolución. Necesito y me corresponde saberlo. Piénsalo, porque la próxima semana quiero una respuesta. Creo que entiendes a lo que me refiero. Ha llegado la hora, sesenta minutos han transcurrido. Que tengas buena tarde. Nos vemos en ocho días.

9.7.07

El hacedor


Somos el río que invocaste, Heráclito.

Somos el tiempo. Su intangible curso

acarrea leones y montañas,

llorado amor, ceniza del deleite,

insidiosa esperanza interminable,

vastos nombres de imperios que son polvo,

hexámetros del griego y del romano,

lóbrego un mar bajo el poder del alba,

el sueño, ese pregusto de la muerte,

las armas y el guerrero, monumentos,

las dos caras de Jano que se ignoran,

los laberintos de marfil que urden

las piezas de ajedrez en el tablero,

la roja mano de Macbeth que puede

ensangrentar los mares, la secreta

labor de los relojes en la sombra,

un incesante espejo que se mira

en otro espejo y nadie para verlos,

láminas en acero, letra gótica,

una barra de azufre en un armario,

pesadas campanadas del insomnio,

auroras, ponientes y crepúsculos,

ecos, resaca, arena, liquen, sueños.


Otra cosa no soy que esas imágenes

que baraja el azar y nombra el tedio.

Con ellas, aunque ciego y quebrantado,

he de labrar el verso incorruptible

y (es mi deber) salvarme.


Jorge Luis Borges

Este poema lo dedicó el argentino a nuestro Alfonso Reyes. Por eso la foto.

6.7.07

Vaya revelación

Ayer estaba leyendo un reportaje sobre la evolución del ser humano de cuadrúpedo a bídepo y todas las implicaciones físicas y mentales que ello generó. El artículo está sumamente interesante y una vez que lo haya digerido por completo escribiré algo sobre el mismo aquí.

Como parte de la explicación a nuestra bipidez, mencionan la importancia de los glúteos. Así es, estimados lectores, esta parte de nuestra anatomía que suele verse casi exclusivamente bajo la óptica de una estética sexual tiene una función evolutiva.

En primer lugar, yo no lo sabía, pero resulta ser el músculo más grande que los seres humanos poseemos. Probablemente en mis clases de anatomía en la preparatoria me lo dijeron, pero en ese momento decidí omitir el detalle.

Aunado a eso, la significación que esta parte de nuestro ser material tiene es que funge como equilibrio en la complicada tarea de caminar. De estar forma evitamos irnos de bruces cuando estamos erguidos, caminamos o corremos. Es el contrapeso natural que resta a la parte superior los kilos que podrían aventarnos hacia adelante constantemente.

Vaya cosas que la evolución nos tiene preparadas. Así que ahora ya saben, si algún conocido se cae constantemente se debe más a la privación de este músculo trasero que a una torpeza mental, como en ocasiones suele pensarse.

5.7.07

Cómo morir de aburrimiento frente a un partido de futbol

¡Espantoso! El partido que ayer jugó México fue horrible. No hubo propuesta, claridad, inteligencia ni habilidad en el campo para poder llevar a cabo lo que habían estado haciendo tan bien en los últimos dos partidos: anotar goles. Ayer ante Chile jugaron un partido cuya catalogación propia sería de bazofia. Del asco. Una de las cosas que siempre hecho de menos en el futbol es que no exista algún tipo de regla que obligue a los equipos a meter goles. Para los que no lo saben, México empató ayer con Chile a cero, sí cero, goles.

Siempre he considerado que tales partidos no deberían ser posibles. ¿Dónde está el espectáculo? ¿Dónde el futbol? ¿Que no acaso la esencia del futbol es meter goles? Al menos ese sí es el objetivo. Pero, ¿y por qué no se contempla este objetivo con mayor frecuencia? La FIFA tendrá que hacer algo para que esto cambie, ya sea impedir los partidos empatados, cambiar ciertas reglas como la del Fuera de Lugar, penalizar con mayor severidad las faltas (algo así como a las 4 faltas de un mismo jugador sale expulsado), poner un límite de tiempo (¿20 segundos?) para que el balón cruce el medio campo y se obligue así a jugar ofensivamente.

Odio ver partidos tan aburridos. Un cero a cero siempre será aburrido. Detesto los equipos defensivos que especulan con todo. Nunca me han gustado equipos como el Necaxa, los italianos, algunos latinoamericanos, todos los de Raúl Arias, Ferreti y todos los que "juegan" a encerrarse, buscar el contragolpe y ganar sin proponer. Me pueden decir que muchos de estos equipos han sido campeones. Sí, pero a costa del espectáculo. El deporte es eso, espectáculo y el futbol cada vez lo pierde más. ¡Qué triste!

Deseo que el próximo partido, ya sea contra Argentina o Paraguay, sábado o domingo, no adolezca de este cáncer que contagia a los futbolistas y les impide generar un buen espectáculo. Hay que ganar y mejor si se hace tratando bien al balón. Joga bonito.

4.7.07

Festival Internacional de Esculturas de Arena en Alemania

El 18 de junio se llevó a cabo en Alemania el Festival Internacional de Esculturas de Arena. Todo aquel que alguna vez haya ido a la playa sabe lo difícil que es manipular la arena de estar manera antes de que una brisa marina la derrumbe. Aquí les dejo algunas muestras de lo que algunos artistas lograron.




3.7.07

¿Qué tan nerd eres?

I am nerdier than 38% of all people. Are you a nerd? Click here to find out!

En el blog de mi amigo Saúl me encontré con esta prueba a la cual no me pude resistir.

Soliloquio de una noche en vela o cómo no pude dormir anoche

Hoy estoy desvelado. Es martes, ¿por qué habría de estar desvelado? Ayer sufrí uno de esos padecimientos que todos hemos escuchado y que a mí no me había tocado experimentar. No pude dormir. Normalmente soy desvelado, pero no a ese grado. A las 12:30 de la mañana apagué la tele, la luz de la lámpara que está sobre mi buró y me encobijé. Pensé que como siempre, con cerrar los ojos y pensar en que tenía que dormir lo lograría. A la 1, tras media hora de intento me levanté por algo de beber. Lo hice y me recosté en el sillón de la sala a ver un poco de televisión para que me arrullara. (Antes solía hacerlo y me funcionaba muy bien.) A la 1:30 decidí volver a intentarlo en la cama. A las dos de la mañana me di cuenta que seguía despierto y no había logrado perder la consciencia ni un minuto durante toda esa simulación. Comencé a desesperarme. A las 7:30 tengo que levantarme para venir a trabajar. Cada vez tenía menos horas de sueño disponibles. A las 2:30 volví a prender el televisor y volvió a aburrirme. Una hora más tarde regresé al intento de reencontrarme con Orfeo. Nada. Contaba los minutos. El tic tac era mental. Inútil. Me levanté y fui a la sala a leer. Escogí Historia de la sexualidad de Foucault. Leí la primera parte y bostezaba, pero no cabeceaba. Dejé el libro y lo volví a intentar. Eran las 4:30 y yo seguía con el ojo pelón, sentado en la cama. Pensé en prender la computadora y leer blogs, terminar de escribir mi tesis de maestría o hacer un ensayo. Nada de eso me apetecía. Por fin como a las 5:30 de la mañana parecía que el cansancio abatía la necedad de mi cerebro por conseguir reposo. Dos horas después sonaba mi despertador, el cual apagué cada cinco minutos durante una hora más. No podía levantarme. Lo logré, me bañé, realicé la rutina de todos los días y llegué a mi trabajo. Sin embargo, haber estado despierto tanto tiempo sin nada concreto que realizar y con el pendiente de que hay que levantarse a una hora fue una auténtica pesadilla. ¡Qué horror!