13.2.07

Una muerte estelar

Es impresionante. Aquí hay otra muestra de la impermanencia: el universo. La imagen que ustedes están viendo es la de una estrella. Es hermosa y sublime. Tan solo imaginar que lo que estamos viendo debe tener sus cientos de miles de miles de kilómetros, que de un haz de luz al otro debe haber tal vez un par de años luz es motivo para que cualquiera quede atrapado con la imagen. Lo curioso es que algo que resulta tan bello conceptualmente genera tristeza. Estamos frente a una estrella que está muriendo, conocida como la Nebulosa de Hélix y que Pearl Jam utilizó como portada de su disco Binaural. ¿Es muy difícil imaginar que así es la muerte? De hecho, somos polvo estelar. Gracias a los miles de millones de millones de años de evolución de gases y materia cósmica nuestro planeta logró ser un lugar hóspito donde seres tan diversos han evolucionado siendo uno de dichos seres nosotros. ¿Por qué no entonces pensar que la muerte de un ser humano cósmicamente es tan bella como la de una estrella? Finalmente, algo del universo corre por nuestras venas.


*Sus comentarios ayudan a mantener vivo este blog y así evitar que muera.

9.2.07

La impermanencia

Antier por la noche me enteré de que un alumno que tuve cuando daba claess en prepa se había suicidado. ¡Madres!, pensé. ¿Qué pasa por la cabeza de un chavo de 16-17 años para llevar a cabo un acto como ese? Comencé a recordar cómo era él como alumno. No era brillante, era diferente a los demás, muy introvertido, con problemas como todos los adolescentes pero no había nada que a mí me dijera que tenía una depresión tal que lo llevara un día a buscar quitarse la vida. Y probablemente no la tenía en ese momento. Tal vez un desamor, una distorsión de la realidad o una curiosidad. No lo sé. Comencé a pensar en varias cosas.

Una de las cosas que pensé es que ahora él sabe lo que es estar del otro lado, en ese otro plano existencial. Tal vez me está viendo en este momento, me decía a mí mismo. Tal vez, incluso, pueda leer mis pensamientos antes de que salgan de mi boca. Wow, al tomar una decisión tan difícil puede que haya adquirido habilidades para nosotros desconocidas. Qué interesante. Uno de mis profesores en la carrera alguna vez nos comentó que a él le gustaba leer al menos una vez al año la Apología de Sócrates y que después de haberlo leído tantas veces llegó a una conclusión: Sócrates no buscó huir de su condena porque tenía curiosidad, quería saber qué era la muerte. Tras leer el Fedón es posible agregar sustento a dicha idea: la filosofía es un preparse para la muerte. Los argumentos que desarrolla Platón en dicha obra para, en boca de Sócrates, explicar porque la muerte debe ser para todo filósofo un objetivo constante no los desarrollaré aquí. Sin embargo, la idea es muy interesante.

Para los budistas los Occidentales estamos muy poco preparados para morir. De hecho, la educación tanatológica es poca o prácticamente nula. Pero algo es muy cierto, nada en esta vida, en este mundo es permanente. Heráclito tenía razón: todo es movimiento. Basta un poco de observación para comprobarlo. Todos los días células de nuestro cuerpo mueren y otras nacen; a nivel celular nunca somos la misma persona. Todos los días los árboles pierden hojas y brotan retoños. Nuestra sangre se renueva a diario al igual que el aire. Incluso nuestros pensamientos están en movimiento a cada segundo (incluso dormidos). ¿Por qué entonces pensamos en la permanencia corporal, material como si fuera absoluta? Por salud mental y emocional debemos reconocer que todo lo que nosotros conocemos tiene principio y fin -nosotros incluidos.

Es frecuente asociar las pérdidas materiales con la muerte o la tragedia. Sin embargo, pienso que esto es debido a una cultura -la que vivimos- donde se exalta el cuerpo y los bienes materiales. El ser no es un objeto como una mesa; trasciende a ello. Liberar nuestras ataduras materiales en vida nos permitirá vivir una mejor muerte -en carne propia y en carne ajena. La huida del cuerpo de alguien no nos debería afectar tanto. Hay que educarnos en la muerte desde pequeños. No hay opción. Como ya lo he mencionado antes, es lo único que tenemos seguro: moriremos y también lo harán muchas personas que queremos y conocemos. Leyes de la vida.

Mientras escribí este texto escuchaba el Requiem de Berlioz. Dedico estas notas a quien ha trascendido en la impermanencia.

1.2.07

La memoria

El ser humano es un ser histórico, no hay duda sobre ello. Somos nuestro pasado, somos nuestros recuerdos. Sin embargo, como la historia misma, hay fragmentos del pasado que quisiéramos olvidar por el dolor que nos causan, ya sea por lo trágico que fue o por el placer que ya se fue.

El tiempo nos abruma y en ocasiones nos cuesta trabajo vivir con él. Pero la incertidumbre y ansiedad que nos produce es precisamente porque es algo que nosotros no podemos controlar. Simplemente transcurre. No nos pide permiso, no hay órdenes para detenerlo y regresar. Dudo si existen los gusanos de tiempo que nos pueden transportar a otros momentos de nuestra vida -previos o futuros. Ni siquiera sé si me gustaría hacerlo. Pienso que debemos aprovechar cada instante que vivimos y a través del presente vivir en la eternidad. Platón escribió que "el tiempo es la imagen móvil de la eternidad". Vaya que es una metáfora abstracta, profunda y cierta.

La memoria es la capacidad que tenemos para en el presente revivir esos momentos que han transcurrido. Sin embargo, a veces es doloroso; aunque muchas otras es muy placentero. La dualidad, otro elemento presente en el ser humano. Habremos de aprender a evitar los extremos y gozar lo que tenemos. Tal vez algún día lo sepa. Mientras tanto, seguiré disfrutando y padeciendo los estragos del ayer.

IMSS

El sábado 20 de enero me lastimé la rodilla. El domingo pude caminar bien; el lunes me comenzó a molestar desde que me levanté de la cama, pero aún así fui a trabajar. Después de los trayectos de ida y vuelta en metro -y lo que camina uno en el trabajo- regresé en la noche con un intenso dolor en la rodilla. El martes fue imposible, no podía ni levantarme de la cama: hablé al trabajo para reportarme como inválido. El miércoles tenía la intención de ir a trabajar. De hecho, mi jefe me llamó para pedirme un encargo, el cual hice y se lo llevé a su oficina donde le comuniqué que el dolor en la rodilla era fuerte y que iría al seguro a un chequeo. Sin problemas accedió y me deseo salud.

Llegué a casa ese mismo miércoles y después de comer, como a las 4:30 me fui a la clínica del IMSS que me corresponde. Llegué bastante rápido y me alegró enterarme que está bastante cerca de mi casa. He de platicar que la última vez que fui al seguro por una incapacidad fue en 2001, así que seguro debía llegar a darme de alta de nuevo. Así fue. Me formé en la fila que apuntaba hacia la ventanilla 1. Después de media hora llegó mi turno. Me encontraron en la base de datos y sólo me pidieron algunos documentos para actualizar la que tenían, ellos me llamarían en cuanto estuviera. Transcurrió otra media hora para escuchar mi nombre. Listo, ya tenía una ficha, aunque el señor que me la entregó me dijo que no había nadie que me pudiera dar mi carnet, así que por hoy pasara así, con esa hoja.

Fui al consultorio que me tocó: el 27 (el cual queda en el segundo piso y afortunadamente hay elevador para quienes padecemos de un mal en la rodilla). Entregué a una enfermera-secretaria -cuya función según un papel pegado afuera de la puerta del consultorio dice que es Asistente- la hojita que atestiguaba que yo tenía derecho a la revisión como cualquier otro empleado contribuyente. Después de unos 15 minutos esperando afuera del consultorio la Asistente me llamó para decirme que mis datos estaban mal, que según la hojita recién proporcionada yo tenía 5 años y 6 meses. El procedimiento a seguir era volver a bajar, formarme de nueva cuenta en la ventanilla 1, notificar el error, pedir el cambio, esperar a que me nombraran una vez hecha la corrección.

Transcurrió otra media hora. Finalmente me dieron la hoja con mis datos correctos. Volví a subir y entregar mi pseudocarnet a la Asitente, quien a los 10 minutos me nombró para pesarme y medirme: 1.72 con 86 kilos. (Tengo sobrepeso, pero ese es otro tema.) Finalmente, como al cuarto para las siete pasé con la doctora -prefiero utilizar la palabra médico por razones académicas- quien después de interrogarme acerca de mi padecimiento me pidió que le mostrara mi rodilla. Ese día no podía hacer ninguna flexión. Mi pierna era tan rígida como cualquier palo de escoba. A pesar del dolor que me provocaba doblar la rodilla, la médico lo hizo pidiéndome que la pusiera flojita. Entonces se dio cuenta de que no estaba bromeando, el dolor era neto. Para finalizar la revisión vería cómo estaban mis reflejos con lo que g0lpeó mi rodilla adolorida.

Me comentó que a ella le parecía que era un esguince de rodilla, pero que me mandaría tomar una placa de RX para descartar cualquier fractura o cosa rara. Anexo a eso venía una incapacidad por 7 días. Pero claro, tenía que en ese momento (casi las siete de la noche) bajar al sótano, tomarme la placa de mi rodilla y regresar al otro día para mostrarle el resultado. Ah, y también por mi incapacidad, porque en su máquina yo seguía apareciendo como un niño de 5 años y por sistema es imposible darle incapacidad a un niño de 5 años cuyo concepto del trabajo debe ser fugaz, tal vez inexistente.

Bajé a RX y al solicitar mi radiografía el señor, muy malhumorado, me dijo: "¿Pero te va a ver ahorita?" A lo que le contesté que no, pero que ella quería que me la tomara en ese momento para mostrársela al día siguiente. De malas pasó la orden. Cinco minutos pasaron para que me llamaran y me tomaran la placa. Cinco minutos más y ya tenía la radiografía en la mano. Eran pasadas las 7 de la noche y todavía tenía una última parada por hacer: recoger mis medicamentos (la principal razón por la que fui al seguro; son gratis). A las site y media de la noche por fin me encaminaba de regreso a mi casa.

Jueves 25. Regresé al seguro. Fui directo al módulo donde expiden los carnets, lo cual fue bastante rápido. De allí tenía que pasar a la ventanilla 5 -formarme otra vez- para que me sellaran el carnet y ya fuera bueno, es decir, válido. De allí subí al consultorio. Me habían dicho que llegara como a la 1:30 pm para ser el primero en pasar. Llegué a la 1:20 y fui el quinto paciente (hay que tomar en cuenta las consultas vespertinas, a la cual pertenezco, comienzan a las 2 de la tarde). Salí ese día a las 3 de la tarde. Me volvió a citar la médico para revisión el próximo miércoles 31.

Hoy miércoles 31 llegué a la 1:15 para ser el primero en pasar. Sin embargo, otra vez fui el quinto. Finalmente pasé a las 3.

El seguro es una burocracia perfecta. Sigue funcionando como en antaño muchos otros trámites que requerían de todo un día perdido para lograr obtener una licencia, un pasaporte o hasta una ficha de casamiento. ¿Cuándo mejorará su servicio el seguro? ¿Cuándo?