19.10.07

Chunga

Alguna vez este fui yo.

Ayer salió este tema en la conversación en la oficina, de cuando traía el cabello largo. Me encantaba. Lo disfruté. Esta foto me la tomaron justo después de haber terminado la carrera. Estábamos en nuestro viaje de graduación. Nos habíamos ido a Ixtapa Zihuatanejo. Es la última imagen oficial --jeje, al menos que surjan otras desconocidas por allí-- de cuando traje la mata.

Cada vez me pasa con mayor frecuencia que cuando me encuentro con gente que me conoció así y dejó de verme cuando aún traía el cabello largo, no me reconoce. Tengo que acercarme, decirles por su nombre y presentarme como si fuera la primera vez. Incluso mi jefa actual, quien me conoció cuando estudiaba la licenciatura, no me reconoció un día que nos encontramos. Le tuve que recordar quién era yo.

Resulta sorprendente cómo la imagen permanece incorrupta en nuestras mentes. Allí no envejece, no se corta el cabello, no se deja la barba, no se rasura, no se tiñe, no le salen cicatrices nuevas; en la mente la imagen es pura. ¿La mente, el alma o el espíritu? Cualquiera que sea lo concluyente para mí es que allí hay espiritualidad.

7 comentarios:

Mallén dijo...

Ufff!!!!!!! tienes muchos posts nuevos... yo que te visito de vez en cuando y que me gusta leer... ayyy... veremos si alcando a revisarlo todo. Por lo pronto, coincido contigo con eso de cómo la imagen se mantiene intacta en nuestra memoria... Me pasa que La Bella Genio o la Hechizada siempre serán jóvenes, bellas, lozanas y rubias para mí. Y que grandes personajes que alcancé a ver en mi infancia (como el corredor Ayrton Cena), pese a haber muerto hace muchos años ya y siendo más jóvenes que yo, serán siempre "más viejos" para mí... No se si se entiende (paciencia, es viernes y tuve una semana ardua)
Cariños y saludos desde Chile!!!!

Unknown dijo...

Esto me recuerda una parte de un libro, para mi maravillloso, de C.S Lewis titulado "Una pena en Observación". El texto contiene las reflexiones del autor después de la muerte de su esposa. El tiene miedo, uno de sus mayores temores es que la imagen de su esposa quedará incorrupta. Cómo desearía poder mirar más arrugas en su rostro, su pelo blanco. Nunca más...

Anónimo dijo...

bien Chunga! eso es! así se hace!

Unknown dijo...

Llegué aquí al ver que compartías la misma envidia respecto de la "primermundista" situación de Mariana. Tengo que reconocer que yo fui de los que te conocí como Chunga, en un fantástico viaje a Tequesquitengo con el Ñepo.

No me pude aguantar las ganas de comentar sobre el asunto que señalas en las últimas líneas de tu post. Hay que aprovechar a la musa cuando viene. Y pensaba que la mente respecto de la situación que señalas juega dos papeles curiosos. Por una parte puede ser la plataforma a través de la cual se sustentan aquellos buenos recuerdos; el instrumento que vivifica aquello que, quizá, se ha perdido en esa lavadora que no distingue tejidos. Por otra parte es mentirosa, porque conserva aquello que era, pero que no sabemos sí es; o peor convierte lo que no es en algo que es. No lo sé. Me viene a la cabeza la idea de Dios; a Dios nadie lo ha visto, sin embargo, habita en nuestra mente ¿es? ¿A quien le rezamos? ¿A una idea? Yo creo, tengo fe. Sin embargo a veces esas cuestiones de vez en cuando llegan a girar en nuestras mentes. Fe, Fantasía y Realidad ¿dónde será mejor vivir?

Enrique G de la G dijo...

También recuerdo una piocha verde... y la reacción del patético profesorcillo aquel...

(Y también ese viaje a Tekes, jaja)

Mariana dijo...

wow, qu� gre�udo, hippie y cool te ves en esa foto! est� incre�ble!

Jaime Alberto Tovar dijo...

Recuerdo cuando tenía el pelo largo también... sinceramente es muy divertidoy genial.