30.7.07

Hombre, Ser y Verdad

Hoy por la mañana que venía para mi trabajo en metro leía La esencia de la verdad de Heidegger. El texto original está en alemán --Von Wesen der Wahrheit-- pero dado que no he continuado con el estudio de esa lengua tan hermosa, tengo que remitirme a la traducción de Ted Sadler, The Essence of Truth, la cual hasta el momento me parece ha buscado respetar en gran medida el original. Justo cuando el metro estaba por arribar a la estación donde debo descender para llegar a mi trabajo me topé con la siguiente línea: "Man is the being that understands being and exists on the basis of this understanding". (Heidegger, 2002, pág. 57). Traduzco: El hombre es el ser que comprende el ser y existe sobre la base de este entendimiento.

Contextualizo para evitar confusiones y divergencias. Este texto de Heidegger analiza dos diálogos platónicos: La Alegoría de la Caverna del libro VII de la República y el Teeteto. Busca en cada uno de ellos la respuesta sobre lo que es la verdad, aletheia en griego. La primera parte se centra en lo que podría ser el texto platónico más famoso y, probablemente, el más leído. La interpretación heideggeriana del mismo hasta el momento ha sido sumamente reveladora. Su disertción me parece es de las mejores que se ha realizado sobre este texto.

A la luz de descubrir cuál es la esencia de la verdad, Heidegger rastrea en el texto platónico las pautas que revelen algo sobre la misma. Dentro de este mismo contexto, se pregunta por la relación entre idea --Forma-- y luz; entre luz y libertad; entre libertad y seres, y cuál es la esencia de la verdad desde la perspectiva del des-ocultamiento (¿revelación?) --unhiddenness-- al surgir de la unidad de estas relaciones. (Ibid, pág. 34).

Al ir develando cada una de las respuestas a estas preguntas llega a una última que resulta cardinal en el comprendimiento de la verdad: ¿Cuál es la esencia del hombre? ¿Qué entendemos por humano? De la respuesta que demos a estas dos preguntas dependerá la conclusión sobre la verdad a la que lleguemos. De acuerdo con el alemán, y hasta donde llevo leído del texto, lo esencial siempre será imposible de probar, o, dicho de otro modo, queda fuera de la esfera de la probidad y de la no-probidad. "What is provable is already dubious in respect of essentiality", sentencia Heidegger. (Ibid, pág. 56-57)

Esto arroja un inminente cestionamiento: Si lo esencial es imposible de ser probado, ¿cómo puedo asirme de la verdad? Nuevamente, la respuesta está en nosotros mismos. La esencia de las cosas y, por lo tanto, la verdad de ellas, no está en el exterior, sino en el ser humano. Si estuviera en las cosas, la verdad sería un objeto, la esencia sería objetivable, cuantificable, pero no lo es. La verdad es cognoscible, mas no cuantificable. Ahora bien, no por el hecho de estar en nosotros, la verdad es subjetiva. De hecho, es un rotundo error pensar que lo es. Si lo fuera, sería imposible que al leer este texto entendieran cada una de las palabras que estoy redactando e, incluso, que la verdad no es subjetiva.

Al leer "la verdad no es subjetiva" habría quien podría entender que dije que "la verdad es subjetiva" o que "la verdad es un árbol". Incluso, que "la verdad no existe" o cualquier otra cosa que en ese momento mentalmente los invada. La realidad es que no sucede así. Leen "la verdad no es subjetiva" y comprenden perfectamente el sentido de la oración y de cada una de las palabras allí escritas. Sin embargo, la verdad no está en las palabras, como tampoco en ustedes como sujetos cognoscentes, sino en la simbiosis que se lleva a cabo entre las palabras y su capacidad para conocer.

Dicho lo anterior, ¿quiénes son capaces de verdad? Esta duda aparece casi instantáneamente. ¿Los animales pueden conocer la esencia de las cosas? Al parecer pueden diferenciar entre el agua y la comida, entre la sed y el hambre y muchas otras cosas más, pero, ¿es posible afirmar que conocen verdad? Me parece que no. La verdad es poder descubrir lo que está oculto. Mi perro, por ejemplo, puede saber quién soy, a saber su amo, quien lo alimenta, saca a pasear y quiere, pero no sabe en realidad quién soy. Y además, jamás se lo preguntará. No es propio de él dicho ejercicio intelectual.

"Truth is neither somewhere over man (as validity in itself), nor is it in man as a physical subject, but man is 'in' the truth. Truth is something greater than man. The latter is in the truth only if, and only in so far as, he masters his nature, holds himself within the unhiddenness of beings, and comports himself to this unhiddenness". (Ibid, pág 55). No basta con nacer con la capacidad intelectual para adquirir verdad. Es un proceso continuo de educación, una habilidad que radica en nosotros mismos, pero que debe ser activada. De lo contrario, podemos pasar el resto de nuestra vida percibiendo cosas, pero nunca logrando aprehendiéndolas. El des-ocultamiento de la realidad será posible cuando hayamos violentado nuestra naturaleza hacia dicha condición.

Considero que esta interpretación de la verdad realizada por Heidegger a partir del texto de Platón supera la definición aristotélica que reza que ésta es "la adecuación del intelecto con la verdad". Aclaro que no la elimina, pero sí profundiza más en lo que es la verdad. La definición de Aristóteles nos permite evitar el relativismo filósofico, pero la definición que Heidegger extrajo de la Alegoría de la Caverna profundiza en lo que es.

Si, entonces, "El hombre es el ser que comprende el ser y existe sobre la base de este entendimiento", queda establecida una relación intrínseca entre Verdad, Ser y Hombre. Para pensar en uno hay que pensar en el otro. Las divisiones lógicas surgidas de la capacidad analítica de todo ser humano deben servir sólo para comprender mejor la integralidad que poseen estos tres conceptos. ¡Cuánto placer puede generar encontrar una verdad!

5 comentarios:

Enrique G de la G dijo...

Chunga, no andes leyendo esas cosas en el metro porque luego te bajas en la estación equivocada, hombre...

(Acá pusieron la otra noche una instalación a propósito de la caverna de Platón. Desgraciadamente a la mera hora ya no fui...)

Eternal Sunshine* dijo...

Platón y su Caverna... me trae muy malos recuerdos!!! muy malos... no había manera de aprobar filosofia en el instituto!!

Roberto Rivadeneyra dijo...

Kics: Me ha pasado. Hoy casi me sucede y es que venía leyendo el mismo texto y ya había llegado mi estación pero no podía levantar la vista del libro. Casi cuando accionaron el timbre que anuncia el cierre de puertas me levanté y salí. Por supuesto, seguí leyendo camino a la salida. Inevitable.

¿Cómo te la perdiste?

Eternal: Tal vez tu profesor no lograba transmitir con gracia este hermoso pasaje de Platón.

Anónimo dijo...

"La doctrina platónica de la verdad" es un mejor texto de Heidegger para comprender al respecto. Este texto está publicado en un volumen titulado "Hitos", lo edita Alianza.

Anónimo dijo...

ahh yo se que esta es otra entrada algo pasada, pero teniiiaaa que comentarlaaa!! el cuatri pasado, me toco filosofia, con una maestra malisima, sin duda sabia de lo que hablaba! pero era malisima como maestra, estaba OBSESIONADA con Heidegger pero no se sabia explicar en lo absoluto, por mas que hacia dibujitos creo que le terminabamos dando el avión, nunca extrañé tanto las clases del tec como ese dia...