18.3.08

Monstruos


"Silencioso es el fondo de mi mar: ¡quién adivinaría que esconde monstruos juguetones!"

(Nietzsche. Así habló Zaratustra. Alianza: México, 1997, pág. 174).

2 comentarios:

Rodricus dijo...

Mi maestro (el de a de veras) escribió, hace muchos años, y ahora te lo comparto: "El dragón es un animal mitológico oriental. Es una mezcla de los mejores animales para simbolizar las virtudes que ha de tener el mejor de entre los mejores hombres; es decir, el sabio.

El dragón es una serpiente, de ella conserva la capacidad de mantenerse en la tierra: es realista. El dragón tiene melena de león porque tiene su fuerza, que en el sabio es la virtud de la fortaleza, virtud con la que se sobrepone a la vida. Tiene garras de águila porque, como ella, en cuanto toma su presa no la suelta; como el sabio, que es persistente y perseverante.

Las alas que tiene el dragón corresponden a tres animales: el águila, la grulla blanca y el murciélago. Son de águila, animal que se eleva a las alturas; capaz de volar contra el viento, pero también sabiéndolo utilizar en favor suyo. De grulla son sus alas porque al llegar a la madurez adquiere un copete rojo equivalente al tercer ojo, virtud que en el sabio corresponde al discernimiento. Son alas de murciélago pues es un ratón viejo y la vejez es la fuente de la sabiduría.

Pero el dragón también lanza fuego, un fuego que nace de su interior: produce energía, no sólo la transmite. El sabio, pues, educa su cuerpo, su mente y su espítitu. No anda tras motivaciones externas pues en su vida misma encuentra la razón para vivir. El fuego también purifica; el sabio carece de dobleces, de malicia y de envidia.

Detrás del simbolismo del dragón no sólo se encuentra el chipazo de la divinidad; encontramos el prototipo de lo que ha de ser un sabio. Decir aquello que ha de ser un sabio es decir aquello a lo que está llamado todo hombre. Por eso, dar un drgón es roconocer en el otro el destello de la sabiduría.
Dar un dragón que tiende hacia una perla blanca es reconocer que quien lo recibe tiene cualidades poco comunes, que puede llegar a ser alumno. Si el dragón tiene la perla ya entre sus garras, se expresa una gran satisfacción por un alumno. Finalmente, si el dragón tiende hacia una perla negra se reconoce, con veneración y respeto, a un maestro.

La tradición es que los dragones sean hechos por mí. He cumplido la tradición, ya que el pasado no ata sino cuando no es comprendido. Si se le entiende, si se le asimila, el pasado da sentido a nuestro presente y nos cohesiona.

Las ilusiones vuelan lejos; sólo el trabajo hace llegar a la meta. (...)"

El texto anterior, que nada tiene que ver con la cita de Nietzsche, dimensionó mi vida hace muchos años. Gracias por hacer que lo recordara.

Roberto Rivadeneyra dijo...

¡Qué gran explicación! Me emociona más porque los nacidos en 1976 tenemos a este animal de acuerdo con el horóscopo chino. Tal vez un día me tatúe uno.