13.3.08

Autoconocerse para no enfermar

Ayer mientras veía Spiderman 2 con mi hijo anoté una frase que el Dr. Octopus menciona antes de convertirse en tal: "Si guardas algo tan complicado como el amor, enfermarás". No sólo el amor, sino cualquier emoción. Si las personas guardamos nuestras emociones y no las manifestamos de alguna manera sentenciamos nuestra salud.

Pienso que todas las enfermedades son psicosomáticas. Después de los siete años, periodo en el cual la racionalidad está totalmente desarrollada, todas las enfermedades son producto de nuestro desequilibrio emocional. Previo a esa edad las enfermedades las causamos los padres al transmtirle nuestros miedos, ansiedades y preocupaciones a nuestros hijos.

Harold Bloom menciona en ¿Dónde se encuentra la sabiduría? que "lo que caracteriza a Occidente es esa incómoda sensación de que su saber va por un lado y su vida espiritual por otro distinto". En particular se refiere a que nuestro acercamiento a la verdad y estética está regido por la cultura greco-romana, mientra que la búsqueda interior por la judeo-cristiana-islámica. Dos culturas que aunque en momentos se tocan en otras son contradictorias. En una tenemos dioses pasionales, llenos de ira y egoismo; en la otra, un Dios omnipresente, misericordioso y que en el Antiguo Testamento pretende que se luche por él.

Los filósofos griegos recogieron grandemente las enseñanzas de Oriente, desde los egipcios hasta los hinduístas y budistas. Bajo una atenta lectura de textos orientales y filosóficos griegos se constata lo dicho. Si se compara la genealogía de los dioses de Hesíodo con la de los egipcios, la coincidencia es notable. O los textos órficos con los budistas.

En la filosofía griega encontramos la búsqueda del crecimiento espiritual como algo que el propio hombre ha de trabajar. La sabiduría está en nosotros. Basta mencionar el mandato délfico, la templanza socrática, la reminiscencia platónica, la autodeterminación estoica, la plenitud cínica o la misma filosofía epicúrea: todas apuntan hacia el interior. En cambio, el encauce que proporciona las enseñanzas judeo-cristianas van hacia el exterior. Si bien también debe existir un dominio de sí mismo para lograr las virtudes judeo-cristianas, la motivación está fuera de nosotros, en la entrada al paraíso, en la redención. Será Dios quien nos dé su visto bueno para ello. Se actúa más bajo el concepto del premio-castigo que por una verdadera convicción de hacerlo.

Esto ha determinado que la autoexigencia sea menor que en las culturas orientales. El Harakiri es terrible, pero muestra a la perfección esta dualidad. El honor es tan grande para un japonés que violarlo conduce necesariamente al suicidio. En Occidente somos mucho más permisivos con los yerros y en ocasiones los justificamos por la causa material.

Las enfermedades, entre otras cosas, son justificables por los virus (¡los cuales verdaderamente existen!). Sin embargo, ¿por qué permitimos que ese virus, bacteria o cualquier otra enfermedad atacara nuestro sistema biológico? Definitivamente, porque nuestras defensas estaban bajas. Lo están porque ante un miedo, una angustia o el estrés las afectamos. También si nos programamos para ello: "si sales sin suéter te enfermarás", "si comes en este lugar te enfermarás". Buenos como somos para elaborar falacias, creamos las que nos dañan. ¿Por qué no todos los que salen si suéter se enferman? O porque no han creado ese "silogismo", o porque ya lo detectaron y se han dado cuenta que no existe una causalidad directa entre un hecho y el otro.

Siempre será más fácil encontrar la desgracia propia en un factor externo y más complicado autoeducarnos. Conforme elevemos nuestra consciencia a un grado de autosuficiencia lograremos mejor el equilibrio emocional. En tanto que este exista, la posibilidad de una enfermedad será cada vez más remota. Todo se encuentra en nuestro interior.

1 comentario:

monica dijo...

Reciban un cordial saludo:

Ha llegado a mis manos una hermosa e importante reflexión de un miembro del cuerpo de reserva del destino (MCRD), uno de los 20 miembros que existen en nuestro planeta, como verdaderos mensajes de Luz para el despertar a la Verdad.

Su mensaje ofrece valiosísimas enseñanzas que descorren el velo que hasta ahora nos ha sido impuesto por las religiones y por quienes dominan nuestra educación y limitan nuestro actuar. Ofrece herramientas auténticas para que cada ser consiga el conocimiento de su propia grandeza, alcanzando cambios significativos del ADN biológico a través del uso correcto de su ADN energético, llegando incluso a erradicar enfermedades que se manifiesten en sí mismo y alcanzar así una vida de armonía y felicidad plena.

El CD se titula "La Realización de un Ser Humano en un Ser Divino". Si quieren adquirirlo está a muy bajo precio, en Colombia-Bogotá a $15.000 colombianos, en otras ciudades de Colombia a $20.000 y para otros países, el mismo valor convertido en la moneda del país, más los gastos de envío.

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