12.6.07

Entre el sueño y la vigilia

Hay imágenes que aparecen en mi mente a cada instante. No sé si son reales o no, si contienen algo de verdad o forman parte de un elaborado juego mental. No sé. Es difícil sostener que algo es real cuando podemos soñar lo real. ¿Por qué los sueños no son reales y por qué la realidad no es un sueño? ¿Cuál es la verdadera diferencia? ¿Existe alguna?

Me detengo a cada instante a observarme. ¿Quién soy? En ocasiones mi existencia me parece tan extraña que me asombro de ser yo quien digo ser. Sin embargo, soy. Surge entonces la duda, ¿soy un sueño? Aparentemente no; aunque es precisamente dicha afirmación la que me hace pensar más en lo que digo. Apariencia. Lo aparente contiene algo de real y algo ficticio. ¿Cómo distinguir lo uno de lo otro? ¿De qué lado estoy cuando hago esta pregunta? ¿Soy yo quien la hace? ¿Qué pasaría si todos nos diéramos cuenta que vivimos en una ilusión donde cada uno es la ilusión del otro, en donde los otros son otros yo’s exteriorizados? ¿Sería una catástrofe o una liberación? ¿Por qué el budista afirma que todas las cosas son Maya? ¿Quiere esto decir que nada de lo que creo que existe realmente existe? ¿O es una metáfora que nos invita a buscar siempre la esencia de todo, del Todo?

Me gusta soñar. Los sueños son un escape de lo que en ocasiones no logramos hacer. En el sueño tenemos el poder (cuando nos damos cuenta de ello) para hacer lo que queramos. El sueño también es comunicación interna y divina. A través del sueño podemos encontrar las soluciones a nuestros problemas. Posteriormente llevaremos a cabo lo soñado. ¿Qué sería un ser humano sin sueños? ¿Acaso los sueños son exclusivos de los seres humanos? No. ¿Qué sería de un animal sin el sueño? Probablemente la mitad de un animal, porque lo onírico acompaña la sensibilidad; es imposible tener lo uno sin lo otro. El que sueña siente y el que siente sueña. Nadie está exento de soñar. Algunos se excluyen en la empresa de concluir sus sueños. Prefieren abandonarlos y olvidarse de ellos. Pero al olvidar, ¿no se olvidan a ellos mismos? ¿Qué otra cosa son nuestros éxitos sino sueños? Alcanzar un destino es una decisión consciente que parte de un origen —muchas veces— místico. Lograr los objetivos es soñarlos, sentirlos, desearlos, buscar llevar a cabo una idea cuyo origen no es otro que nosotros mismos.

¿Te he soñado? ¿He soñado todo esto? Es difícil afirmarlo —pero igualmente lo es negarlo—, porque eres todo lo que siempre había querido, y eres real. ¿O no? La verdad, no lo sé. Pero tampoco me importa saberlo. Buscar esa razón sería tan nimio como perderse en casa propia. La vida está llena de distractores que no valen la pena. Nosotros debemos aprender a lidiar con ellos e ignorarlos. En ocasiones muchas preguntas nublan la vista provocándonos una miopía difícil de extirpar. Por eso ya no me pregunto si eres o no real. Lo importante es que eres. A partir del momento que toco tu esencia, todo me queda claro. Sólo hay un camino en la vida, sólo hay un paso, una canción o un aplauso: tú. ¿No te parece increíble que dentro de este sueño, exista otro?

6 de diciembre de 2004

PD. Sólo dos sueños que viven uno dentro del otro pueden crear un tercer sueño. ¿No es maravilloso que el sueño que creamos nos soñará, asimismo, bajo sus propios imperativos?

6 comentarios:

Blascone dijo...

Wow... heavy...

No todo puede ser un sueño, ya que un pez no puede saber que está mojado si nunca ha estado seco, entonces... ¿cómo saber qué significa soñar si nunca hemos estado despiertos?

Aunque, como tú dices, son nimiedades... si nos volcamos tratando de definir la vida nos olvidamos de vivirla, y nos convertimos en simples espectadores, como maniquíes tras un aparador... Sueño o no, ¿vale la pena perdernos de todo con tanto embrollo?


No quiero decir que crea que tú lo hagas... simplemente me puse a divagar...

Anónimo dijo...

Hablando de los sueños que uno tiene mientras duerme, prefiero no volver a tenerlos, ya no son 2 o 3 veces que lo que sueño termina por suceder. Sin duda son señales de Dios, pero como saber en mi sueño quien era ese alguien que moria?

No lo supe sino hasta que sucedio.

Todos tenemos nuestros propios sueños, metas y objetivos por cumplir. Para llegar hasta ellos me encomiendo a mi fuerza de querer y de luchar, quizás tambien le pido una manito a Dios y le rezo una oración, pues él dice: "Pidan y se les dará; busquen y encontrarán; llamen y se les abrirá. Porque todo el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abrirá".
Saludos!

Roberto Rivadeneyra dijo...

Stauro: Tienes toda la razón, hay que vivir. ¿Acaso no la reflexión es elemento indispensable de la certificación de que estamos vivos? Por otro lado, desde hace tiempo que el dilema sueño-vigilia me apasiona.

Anónimo: Eso de los sueños proféticos es un verdadero misterio. El Antiguo Testamento es un gran libro. Todos habríamos de leerlo.

Anónimo dijo...

A mi también me encanta soñar....pero sobre todo me encata ver como voy haciendo realidad mis sueños, y sin detenerme creo nuevos sueños....
Abrazos de ensueño

Roberto Rivadeneyra dijo...

Controlar los sueños es un poder que sólo nosotros podemos desarrollar. ¿Alguna vez has intentado, tras despertarte, recordar lo que estabas soñando y regresar al sueño? Te lo recomiendo.

Anónimo dijo...

"Por que la vida es sueño, y los sueños, sueños son..."

Carlderon de la Barca, "la vida es sueño"