23.1.09

Fecha de caducidad

Estoy desayunando cereal. Mientras lo hago escribo estas líneas y observo el cartón de leche, de donde abastecí mi plato. Leo "Fecha de caducidad: 20 ENE 09". Volteo a ver mi reloj --que además de la hora me da la fecha-- y me indica 1-23, es decir, tres días después de que caducó la leche que ahora bebo. La leche la compré ayer, lo que quiere decir que la compré con dos días de caducidad. El desayuno de ayer no me cayó mal y el de hoy me sabe delicioso.

En realidad nunca he sido un obsesionado por verificar tal fecha. Todo lo contrario, rara vez noto ese detalle, como hoy que fue más accidental que otra cosa. Mi padre y mi esposa, en cambio, tienen que revisar diario la fecha de caducidad de los productos que consumen. Les da seguridad saber que lo que consumen sigue vigente. Como hoy, yo he comido y tomado medicinas caducas y nunca me ha hecho daño. Pienso que es absurdo lo de la Fecha de caducidad. Seguro Saulo podrá ilustrarnos mejor, pero mi teoría es la siguiente:

La Fecha de caducidad es un requisito de la Secretaría de Salud de cada país, sin el cual el producto que sale a la venta no tiene el respaldo de calidad que el mismo producto dice ofrecer. Tal vez ni siquiera aparezca en los anaqueles de los supermercados. Alguna vez platiqué con una persona que había trabajado en el área de Control y calidad de una empresa que vendía productos, no recuerdo si de belleza o alimentos. Le comenté que yo no creía en las fechas de caducidad y ella me respondió que excepto algunas leches --ya se ve que la que estoy tomando no es así-- la mayoría de los productos no caducan cuando lo dice la etiqueta. Se les coloca una fecha para buscar que el consumidor --obsesionado por tal dato-- consuma el producto en venta. Así, al ver que mi leche --ya terminé mi cereal-- caducó desde el martes debería correr al fregadero, tirar lo que queda de ella y arrojar el cartón al bote de basura para ir a comprar otra a la tienda. Como yo no estoy obsesionado con eso, su estrategia no funciona conmigo.

Seguro hay algunos "procesos" que siguen todas las compañías dedicadas a vender productos caducables para determinar cuándo será la Fecha de caducidad de los mismos. Sin embargo, soy escéptico. ¿Por qué confiar en lo que una empresa decidió como Fecha de caducidad? ¿Desde cuándo se le coloca Fecha de caducidad a los productos? Estoy seguro que es reciente y que su motivación responde más a estrategias mercadológicas que a problemas de salud.

Googleo "Fecha de caducidad" y me aparece lo siguiente: Fecha de caducidad y fecha de consumo preferente (ahora hasta hay un nuevo término); Realizar la compra de alimentos y bebidas envasados en el supermercado implica revisar su precio y fecha de cadudicad o de consumo (jamás lo hago, como puede notarse y sigo vivo, sin haber padecido jamás enfermedad alguna por faltar a este principio de compra en supermercado); La fecha de caducidad es el plazo límite a partir del cual un alimento no debe ingerirse, por razones de seguridad ¿seguridad de quién, quiénes o qué?); ¡Fíjate en la fecha de caducidad! (no gracias); Fecha de caducidad de la tinta (además de secarse, qué otra cosa puede pasar con ella); No tengo fecha de caducidad: Raphael (eso mismo pienso yo, aunque en ocasiones me pregunto si mi mujer no buscará la etiqueta que diga cuándo caduco).

Ante algo tan absurdo como la Fecha de caducidad prefiero, como los ingleses, el conocimiento empírico. Si la leche está echada a perder, sabrá mal y allí dejo de tomarla. No me enfermaré por un pequeño trago. Si el pan está echado a perder, tendrá vida propia, es decir, esporas verdes, al igual que las tortillas, el queso y la crema. Además, así se descubrió la Penicilina. Si una medicina está caduca, los efectos tal vez --subrayo tal vez porque tampoco es un hecho consumado-- no tenga el efecto curador en su totalidad, pero daño jamás hará. Lo mismo con el resto de productos que incluyen la Fecha de caducidad como leyenda propia.

Me pregunto, ¿cómo le hacía la gente de antes? Por supuesto, de antes de este enorme invento --que espero caduque-- de incluir semejante leyenda. ¿Empíricamente? Seguro que sí. Seguro también surgió como calmante ante los aprehensivos que necesitan las instrucciones de alguien más --el Fecha de caducidad Maestro-- que, asumiendo tienen más autoridad que un simple consumidor en temas de caducidad, depositan toda su confianza. Créanme, no se morirán por consumir productos con unos días posteriores a la Fecha de caducidad que se indica. Confíen en ustedes, no en un dato arbitrario de dudoso origen y motivación.

3 comentarios:

JoséManuel dijo...

No estoy de acuerdo contigo. Nadie se deja guiar ciegamente por la fecha de caducidad. Cuando uno ve que su producto ya ha caducado procede, razonablemente, a oler o ver o probar el producto para verificar si es cierto o no. Eso de la estrategia consumista sólo funcionaría si se confiara ciegamente en lo que se dice, pero, la verdad, yo no conozco a nadie que lo haga.

Roberto Rivadeneyra dijo...

JoséManuel: Estoy totalmente de acuerdo contigo cuando, como afirmas, la gente actúa razonablemente. Sin embargo, el tema de la Fecha de caducidad puede convertirse en una manía, lo cual por definición hace a un lado a la razón. Creeme que he visto quien lo ha hecho, incluso, un día antes de la famosoa, tira a la basura el producto.

Anónimo dijo...

Presentación

@JoséManuel, cuando gustes puedo presentarte a un millón y medio de maniácos obsesos de la fecha de caducidad