9.1.08

Las amigas de la condesa Mirto

Mirto, inteligente, buena y bonita, pero dada a la distinción, prefiere antes que a sus otras amigas a Partenia, que es duquesa y más brillante que ella; sin embargo, se encuentra a gusto con Lalagea, cuya distinción iguala exactamente a la suya, y no es indiferente a los atractivos de Cleantia, que es oscura y no aspira a un rango esplendoroso. Pero a la que Mirto soportar es a Doris; la posición mundana de Doris es un poco menor que la de Mirto, y busca a Mirto como Mirto busca a Partenia, por su mayor elegancia.

Si señalamos en Mirto estas preferencias y esta antipatía es porque la duquesa Partenia no sólo le da categoría a Mirto, sino también porque no puede quererla más que por ella misma, y en todo caso, como son colegas y del mismo grado, se necesitan la una a la otra; por último, queriendo a Cleantia, Mirto siente con orgullo que es capaz de desinterés, de tener una inclinación sincera, de comprender y de amar, que es lo bastante distinguida para, en caso necesario, prescindir de la distinción. Mientras que a Doris no la mueven más que sus deseos de distinción, sin estar en situación de poder satisfacerlos; que va a casa de Mirto como un gozquezuelo se acerca a un mastín que tiene los huesos contados, para rozarse con sus duquesas y, si puede, llevarse una; que desfavorecida como Mirto por una enojosa desproporción entre su rango y el que desea, le presenta al fin la imagen de su vicio. El afecto que Mirto tiene a Partenia, Mirto lo reconoce con desagrado en las atenciones que le tiene Doris. Lalagea, la misma Cleantia le recordaban sus sueños ambiciosos, y Partenia por lo menos empezaba a realizarlos: Doris no le habla más que de su pequeñez. Por eso, demasiado irritada para desempeñar el divertido papel de protectora, tiene por Doris los mismos sentimientos que ella, Mirto, inspiraría precisamente a Partenia, si Partenia no estuviera por encima del snobismo: la odia.

Marcel Proust. "Las amigas de la condesa Mirto" en Los placeres y los días. Alianza Editorial, Madrid 2005.

4 comentarios:

Darío Zetune dijo...

jejeje, ¿por qué será que lo que el buen Proust narra, me suena, me suena?

Siempre me ha sorprendido Proust su capacidad para captar los matices psicológicos de sus personajes: es como un trabajo de filigrana que puede ser comparado con el de Jean Austen.

Un abrazo
Sergio.

Nota Bene: Pues va, si vas conmigo al Ruta 61 necesito que, por favor, me confirmes para reservar mesa. Si te gusta la idea, igual y nos vemos antes para platicar, porque con los grupos en vivo no creo que podamos charlar a gusto. Me avisas, pues.

RED SHOES GIRL dijo...

OK, me da pena decirlo, pero por x o y, nunca he leído a Proust, solo el cuestionario.

¿Qué recomiendas Roberto?

Mallén dijo...

Tremendo, Proust. Lástima que solo he leído estractos.

Unknown dijo...

Pues este texto está genial. Tendré que leer todos esos cuentos...