12.6.07

Dream Theater - Systematic Chaos

Ya logré conseguir el último disco de estudio de Dream Theater. He de platicar que me costó trabajo. El disco salió a la venta el martes de la semana pasada (5 de junio) y el jueves que lo fui a buscar ya estaba agotado. En la tienda me dijeron que el fin de semana les llegaban más. El domingo paseaba con mi familia en una plaza y decidí irlo a buscar, tal vez ya tenían más. Llegué y lo ubiqué desde antes de que entrara a la tienda. Como si muchos otros quisieran también ese disco mi corazón comenzó a latir con fuerza mientras yo me aproximaba, cada vez más aprisa, hacia el rack donde se ubicaba el disco. Jadeando llegué y lo tomé. Era mío y ya nadie me lo podía quitar. Había, sin embargo, un detalle: el que tenía en manos era el disco solo, pero yo sabía que también se estaba vendiendo un disco con DVD. Le pregunté a un encargado sobre este otro. Me dijo que ya se había agotado, pero lo fue a buscar. Nada. Como suelo ser un poco escéptico cuando pregunto por algún disco o libro, yo realicé mi propia búsqueda. Efectivamente, nada. De hecho, sólo quedaba un ejemplar más del disco que yo traía en la mano. Asombroso. Tal vez esto motive a los neoyorquinos a regresar a nuestro país promocionando su noveno album, Systematic Chaos. (Aunque en realidad no necesitan hacerse mucha promoción, los discos ya estaban vendidos, mas bien sería a complacer a quienes gustamos de su música.)

Desde el domingo que lo compré no he dejado de escucharlo. Creo que es el disco de ellos que más me ha gustado desde Images and Words. Ahora, en Systematic Chaos, muestran mucha madurez musical. Desde su primer LP, When days and dreams unite, quedó claro su virtuosismo; sin embargo, parecía que su propósito era ver quien ejecutaba mejor su instrumento que escribir canciones del corazón. Hoy, este disco, me deja con la sensación de que las canciones están mejor armadas. El virtuosísmo ha cedido paso a algo mucho más melódico. Lo mejor de todo es que mantienen su estilo. Lo progresivo sigue allí, lleno de sorpresas gratas. El metal está presente en todas las canciones sin que se escuche abigarrado.

Vale la pena también mencionar que se cambiaron de sello discográfico. Ahora salieron bajo Roadrunner, un sello que inició apoyando a los grupos de metal de los finales de los ochenta y los noventa. Muy probablemente esto ayudó a que encauzaran su virtuosismo de la mejor forma posible. Una recomendación que me veía en la necesidad de hacer.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

huy primo, me lo vas a quemar?

Roberto Rivadeneyra dijo...

Cuando quieras pasas a la casa.