24.4.08

Beijing 2008

Es inconcebible e indignante que la antorcha olímpica vague por el mundo, toque ciudades y recorra la distancia que la llevará al pebetero del Estadio Olímpico de Beijing con la invasión china al Tíbet. Más ofensivo aún es que los actos de protesta que se han realizado en apoyo por el país del Dalai Lama sean condenados por los medios de comunicación. Entiendo que hay mucho dinero de por medio cuando de eventos mundiales como éste se trata. Sí, probablemente la publicidad enriquecerá a muchas empresas --¿o debería decir, empresarios?-- que para septiembre de este año incrementarán ceros a sus chequeras. Pero, ¿qué hay de los derechos humanos y de las invasiones injustificadas? Si no levantamos nuestra voz en apoyo al Tíbet, hoy, ahora que las Olimpiadas se realizarán en el país que lo tiene subyugado, ¿quién? Como ya lo dijo un amigo en su página, si no hacemos algo nosotros, los jóvenes, la historia nos lo recriminará.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

zippo debería patrocinar la flama olímpica, el eslogan sería "enciende tu pasión"

Anónimo dijo...

por cierto, Chunga, tú ya no eres joven

Anónimo dijo...

por cierto, Chunga, tú ya no eres joven

Roberto Rivadeneyra dijo...

Es cierto, me traicionó mi Foreveryoung interior.

Jesús dijo...

Las protestas y un posible boicot se ha vuelto contrapruducente, está exarcebando el nacionalismo chino. Hasta el Dalai Lama está en contra. Ahora la protesta tendría que pasar al desarrollo de la propia olimpiada, manifestaciones de atletas y denuncias de los medios destacados...pienso

Enrique G de la G dijo...

Sí, mittlerweile he ido dudando de cuán útil sería el boicot, y qué tan contraproducente sería. No sé bien cuál sería la mejor manera de enfrentar la situación, pues boicotear los Juegos Olímpicos les da en la madre a los atletas (¿es una excusa tan piadosa como mentirosa?). Lo que sí es que nada de China, como regla general. Ya viste cómo ha afectado el precio del acero, y tantas otras cosas. Me deja perplejo que una "cultura" (lo pongo así porque no sé qué pensar de Mao para acá) tan contradictoria nos tenga como medio paralizados. Cuestión de números, simplemente: son un chingomadral. Pero como "cultura" no tiene nada que ofrecernos (insisto: hablo de la China post-Mao).

De lo que sigo convencido es de que no hemos sabido / podido estar a la altura de las circunstancias para enfrentar la situación de una manera más satisfactoria. Y creo que la Historia nos lo reprochará.

Por lo demás, ¿cómo que los medios de comunicación han condenado las protestas? No. O al menos no acá. O al menos no los medios de comunicación que yo frecuento. El fin de semana hubo una protesta en Berlín, también.

Roberto Rivadeneyra dijo...

Sí, al menos los que en este país tengo que frecuentar. No todos, pero sí lo he visto.

Anónimo dijo...

yo digo que está muy bien que haya temas de qué platicar y es bonita ilusión de rebeldía y prolibertades