10.1.08

La fidelidad como una propuesta cultural

Como hombre constantemente escucho a las mujeres hablar de fidelidad y de la negación de ésta. Hay las ocasiones en las que se me acercan para preguntar mi opinión. No sé si porque estoy casado, pero es recurrente esta solicitud. Tal vez algo en mí delata mi forma de tratar a las mujeres, pues en cada una de las relaciones que he tenido he mantenido todo en orden, ninguna "canita al aire", ni besos de cinco segundos, ni un cachondeo innecesario. La mujer con la que estoy es quien merece, en cada momento, mi respeto y yo agradecer su confianza.

Puedo fácilmente recordar cómo comenzó todo. Era yo un vil adolescente que por un lado tenía el gusto por la patineta --gusto que me acompañó de los 13 a los 18 años cuando tuve que hacer a un lado la skateboard-- y por otro la hormona desenfrenada que buscaba una pareja. Desde ese momento escuchaba las quejas de las mujeres sobre la incapacidad de los hombres para mantener su boca y manos tranquilas en la novia en turno (a esa edad pocos habían tenido experiencias sexuales, aunque muchos alardeaban de haberlas ya tenido). De alguna manera esos comentarios martillaron mi cabeza. Decidí que no quería ser así, como los demás. Lo siguiente que supe fue que era una persona fiel.
Hasta la fecha así me he conservado. Por el momento me siento bien con esa decisión. No por ello condeno a los que son infieles. Hagamos algo de antropología. Somos animales racionales, políticos, culturales y demás adjetivos. A todos antecede el sustantivo "animales". Esto quiere decir que aunque a veces no queramos reconocerlo, somos animales. Bajo esta línea, es posible notar que la monogamia no existe en los animales (excepto en los casos donde su instinto así lo manifiesta). El animal, como el ser humano, es por naturaleza poligamo. La monogamia, al igual que la fidelidad, en el hombre es cultural. Nuestro impulso animal nos incita a tener más parejas (tanto en los hombres como en las mujeres) porque lo que nuestro código genético y psicología animal buscan constantemente es la supervivencia de la especie. (Aun si no se busca la procreación, late esta idea.)

La fidelidad se convierte así en una virtud, pues resulta algo que sólo el ser humano puede lograr al tener un dominio sobre sus impulsos anatómicos. Esto, sin embargo, no quiere decir que el infiel sea viciosos. Es, sencillamente, un ser humano. Lo que sí pienso es que si a tu pareja --mujer u hombre-- le genera conflicto la infidelidad, entonces por respeto a ella se debe buscar llevar a cabo esta virtud. Si no se puede, entonces hay que buscar una pareja a la que ese tema no le genere conflicto.

¿Por qué los musulmanes y algunas otras parejas logran vivir en paz con una situación de poligamia? Su cultura se enfocó a que no había nada erróneo en ello. Es nuestra educación occidental la que nos ha marcado un tabú. Creo que la fidelidad enaltece la humanidad de quien la practica, pero definitivamente estoy convencido que quien no logra mantenerse fiel a una sola persona, sea en absoluto alguien malvado, perverso o indigno de humanidad. Lo que es malvado y perverso es mentir y navegar con bandera de monógamo cuando en realidad besas y te acuestas con cualquier mujer u hombre que acabas de conocer, teniendo ya un pareja "oficial" o "formal".

En una pareja se vale tanto como la pareja acepte. Si ambos están de acuerdo en los "swingers", que vayan a fiestas u organicen las propias en su casa y tengan ese tipo de diversión. Si uno no está convencido, allí se acabó la posibilidad. Hay muchas otras personas que estarán dispuestas a entrarle a una relación con características de diversidad sexual.

Finalmente, el sexo es algo cultural. Los animales sólo lo hacen para reproducirse. Nosotros lo podemos hacer en cualquier momento y periodo del año. Acompaña a la procreación, el placer --probablemente el más intenso que una persona pueda experimentar naturalmente. ¿Quién, si no el cerebro, es el órgano sexual más importante? Al fin de cuentas... animales racionales.

9 comentarios:

Usagi dijo...

entre a este tan interesante blog por una foto de Buddha y en fin me quede leyendo ...
solo digo que es excelente...

snakearian dijo...

excelente entrada...
la fidelidad pasa por un tema de concepciones... o como decía un profesor mio, todo esta en la moral personal de cada individuo...

muy buen post
saludos
bye

Darío Zetune dijo...

mmm, sí, un asunto cultural. Esa tesis también la maneja Denis de Rougemont en "Amor y Occidente" y muestra como hay dos tipo de amor que atraviesan nuestro comercio afectivo.

Yo por mi parte, quisiera ser hombre de un solo hombre, nomás que nadie se deja querer, jejeje.

Saludos.

Sergio.

Mario Gensollen dijo...

Muy buena entrada...
Sólo un argumento para mi fidelidad: Si te metes con otra persona es porque la persona con la que estás ya no te satisface, si ya no te satisface ¿para qué demonios estar con ella? Si ya no estás con quien no quieres estar, nunca serás infiel. Me parece que la fidelidad no es un asunto puramente cultural, sino algo que viene justificado también por el sentido común y una racionalidad pragmática... ¿Quién demonios nos manda a estar con quien no queremos o no nos satisface plenamente? Saludos.

Darío Zetune dijo...

mmm, usualmente ese "ya no te satisface" lo ligo más a "ya no me satisface en la cama".

Qué significará el que una persona nos "satisfaga"?, las personas estamos obligadas a "satisfacer" a otras?

Isabel Burriel dijo...

¿La infidelidad es solo un tema cultural? ¿En las culturas en las que se practica poligamia no existen los celos o el miedo a dejar de ser la favorita?

Me surgen muchas dudas sobre este aspecto porque desconozco como reaccionan las mujeres en otras culturas, y me refiero a sus sentimientos más profundos si de verdad se han casado por amor.

En cuanto al sexo... me encantan los cerebros divertidos, jajaja

besos

Mallén dijo...

Mmmm... para mí, el amor en sí es un tema de voluntad. Es ella la que mueve al mundo, y si decido amar, o comprometerme, y si dentro de mis parámetros la fidelidad tiene un papel esencial, pues está en el acto volitivo la decisión de realizar mi proyecto.
¿Se entenderá, o estoy siendo demasiado pragmática?
Cariños!

RED SHOES GIRL dijo...

Pues estoy e acuerdo con nuestro límite cultural de la fidelidad, yo no soy tan compartida...
Saludos

Anónimo dijo...

Pero si a esto le agregamos que el sexo no es algo meramente cultural, sino regalo de Dios, la situación cambia notablemente, porque ahí podrías entender además otras cosas, que no sólo estamos para satisfacer al prójimo en el aspecto sexual, pues esto lo dicta el consejo divino, quien sabe lo que hizo y para qué lo hizo; no fue para “jugar” con el sexo por instinto, sino para que seamos más felices, me explico, ¿crees tú que desconocer el propósito divino te hará llegar a conocer la sublimación sexual? ¡Eso es para unos pocos!

Dios nos dio, por ejemplo, semillas de papa y la cultura peruana a desarrollado esas semillas en variedades exquisitas, algunos ganaderos hacen lo mismo con sus “vaquitas” y dan una selección de razas de mucha leche y carne, ejemplos del cultivo sobre la naturaleza hay un sin fin; En el ámbito sexual, si lo haces como muchos, que seas polígamo, ¡OK!, espero que te vaya bien, ¿quien soy yo para censurarte?, te felicito porque si lo haces con responsabilidad, aportas hijos a la humanidad, creas historia; pero si haces las recomendaciones espirituales de fe, consejos que van más allá de la sabiduría humana, conseguirás lo que muchos gozan con la transmutación sexual, un éxtasis muy especial, creando a la superpersona que esta conectada con la fuente de vida, verdad y felicidad. ¡Sé fiel! ¡Sé feliz! ¡Que tengas un buen día!
Roberto Ames www.roberto.3a2.com
rober2a@hotmail.com