
Antes había estado en un sauna y no lo aguanté más de cinco minutos. Me sentí asfixiado. En el temazcal, en cambio, estuve 45 minutos excelente. Temazcal significa en náhuatl "Casa de vapor". Esta "casa" está construida de barro que normalmente se estructura de forma redonda donde por un lado tiene su entrada y frente a ésta un nicho como de chimenea donde se colocan piedras que se ponen a calentar. Una vez calientes, estando uno adentro, le va echando a las piedras un té de hierbas que prepara el temazcalero. El calor impregna el lugar y puede respirarse el olor de de las hierbas. Casi inmediatamente uno comienza a transpirar. Al poco tiempo nos pasó una jícara con miel para que nos la untáramos, pues sirve como exfoliante. El calor es tan intenso que la miel se derrite enseguida y uno no queda pegajoso. Terminada la olla con el té nos damos unos jicarazos con agua fría para "bañarnos" y salir del lugar. Sé que hay otras formas de ingresar en un temazcal, pero este fue el que me tocó vivir. Realmente una experiencia que recominedo.