Tras un debate sobre pobreza, capitalismo y responsabilidad social llegué a la conclusión de que el problema del socialismo es que se desentiende de la metafísica y pretende funcionar a partir de parámetros estrictamente racionales, lo que deshumaniza toda acción allí ejercida, pues el ser humano, si bien racional, no se reduce a ella. Por otro lado, tampoco el capitalismo actual es humanista. En este caso es por la instrumentalización de la política y economía, y, como el ser humano no es un instrumento, el capitalismo falla en dar soluciones que beneficien a todos. Ergo, en ambos casos podemos ver, ¡cuánta falta hace la metafísica en el siglo XXI!
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