24.11.08

Confianza

Para mí, ante todo está la confianza. Pienso que lo mínimo que podemos hacer con otro ser humano es brindarle confianza. Si no parto de ella, ¿cómo pretende cualquier tipo de interacción? No podría entablar una comunicación con alguien en quien no confío, de quien estoy sospechando 90% de lo que me dice. Igualmente, ¿cómo pedirle que confiara en lo que yo le estoy diciendo? Igual sucede en todo lo demás. Hemos de partir de la confianza siempre; de lo contrario, estaríamos sumergidos en un río de lava fría: inmóviles. Yo, por ejemplo, tengo un equipo de trabajo a mi cargo en quienes confío que hacen su trabajo y que harán lo que les pido. No podría --pienso-- ser de otra manera. Los correctivos llegan cuando uno se percata de que, por ejemplo en este caso, no se hizo algo que se pidió.

El amor es otro de esos casos. Sólo puedo amar a alguien a quien le tengo confianza. Si no confío en esa persona, ¿por qué quiero estar con ella? Es absurdo. Parto de ese principio, como ya lo dije. Una vez que esa otra persona me genera dudas con las cuales vivo torturado, cambio la página. Lo mismo sucede con los amigos. Cuando te defraudan, cómo continuar considerándolos tus amigos.

El otro día platicando sobre este tema con mi esposa me di cuenta que no es tan fácil esto de la confianza. Primeramente, debe existir la confianza en sí mismo: en que puedo, en que lo haré, en que soy capaz, en que me merezco, en que... Esto que hoy los psicólogos llaman autoestima, para mí sencillamente es la confianza. El mundo, la sociedad, está plagada de elementos para perderla; sin embargo, para mí lo divertido de vivir es enfrentarte a esos demonios y vencerlos. ¡Claro que he llegado a perder la confianza y hay gente a la que evito porque no puedo confiar en ella! Sin embargo, sigo creyendo que estoy en lo correcto.

El problema mayor que envuelve a este tema es que por confiar en la gente a uno le pueden "ver" la cara, transarlo, burlarlo y salir perjudicado. Pero como diría Sócrates: es mejor sufrir una injusticia que cometerla. Vivo bajo ese principio. Quien se corrompe al trasgredir esa confianza que le di es esa persona, no yo; pues yo me fortalezco al descubrir su engaño y continuar creyendo en el ser humano. Por eso no soy comerciante, ni abogado, ni contador, ni político. En todas estas áreas de desarrollo humano la persona tiene que tener cierta "malicia" para poder sobrevivir a ese ambiente. Lo intenté alguna vez y me di cuenta que no puedo y no quiero.

Seguiré creyendo en el ser humano y hasta que éste me dé razones para no seguir creyendo en él, lo haré. Finalmente, hay miles de millones de personas...y una de esas soy yo. Mientras pueda seguir confiando en mí mismo, viviré bajo este imperativo.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Obviedades

El público tiene curiosidad por saberlo todo, excepto aquello que vale la pena.

Roberto Rivadeneyra dijo...

Podemos, entonces, decir que este texto es una de esas curiosidades que al público le pueden interesar, algo que en realidad no tendría por que importarle.

Anónimo dijo...

Mastografías

No le busques chichis a las culebras

Roberto Rivadeneyra dijo...

Chichi: Palabra náhuatl que significa teta, seno materno.

Unknown dijo...

Existe forma de recuperar la confianza perdida??
o es una herida de esas que dejan cicatriz???