Hay días que la hueva se apodera de uno. Comienza por las sábanas. Mas en días como estos donde el frío cala y uno tiene sus sábanas de franela más dos pants, dos playeras y una sudadera encima. El calor de las sábanas cuando suena el despertador obliga a posponer el sueño durante cinco minutos más, mismos que se convierten en media hora más e incluso, en un poco más.
Debería existir alguna regla laboral en la cual uno pudiera trabajar desde su casa (para eso está la Internet, en parte) con las cobijas encima y un chocolante caliente. El mundo es una cosa muy rara. Los seres humanos somos cosas muy raras. ¿Qué no es una cosa rara?
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