7.3.09

¡No matarás!

El otro día le daba vueltas al tema del aborto, donde mi postura, como lo he mencionado antes, es a favor de la vida, siempre. Sin embargo, al desarrollar en mi mente los argumentos con los que defendería la vida sobre la muerte, donde la semilla que potencialmente se actualizará en un ser humano, me di cuenta que tal vez el problema para defender al nonato radica en la insensibilidad que tenemos hacia el resto de los animales.

Gandhi dijo que "la grandeza de cualquier nación se mide por el trato que ésta le da a los animales". En los países occidentales el respeto por los animales es prácticamente nulo. Los rastros son una barbarie. Alguna vez estuve en uno y me pareció atroz lo que le hacen a los cerdos, por ejemplo. En este sentido, el pueblo más civilizado es el judío, donde el rabino ha de cuidar que la matanza hecha sea digna, de tal manera que la muerte del animal no implique derrame de adrenalina y otras sustancias tóxicas que dañen la carne que consumiremos. Sin embargo, al final, sea Kosher o no, nos comeremos esa carne; al final matamos a un ser vivo para alimentarnos. La justificación de que Dios puso allí a los animales para que los seres humanos nos aprovecháramos de su piel y carne para sobrevivir me parece falaz. No obstante, forma parte de mi cultura también.

Considero que el siguiente paso evolutivo del ser humano es el vegetariano. Tal evolución será de consciencia, de mentalidad, de una mejor comprensión de la naturaleza. Yo no lo soy y alguna vez lo intenté. Durante dos semanas alrededor de mis 22 años desayuné, comí y cené comida vegetariana. No me desagradaba; había platillos realmente exquisitos, pero extrañaba la carne. Y volví a las andadas. Ser vegetariano es un esfuerzo de la voluntad una vez que la inteligencia ha reconocido la aberración de matar otros animales. Y digo otros porque nosotros lo somos.

Cuando logremos subir este escalón evolutivo, la defensa por el embrión que se está desarrollando en el vientre materno y a los cinco meses ya será un ser humano y que a los nueve podrá salir del vientre para comenzar una vida al lado de sus semejantes, entonces esa defensa será natural. Pero claro, el embrión, la semilla que se desarrolla durante los primeros tres meses aún no es una persona, si bien está en potencia de serlo. Es algo cercano a un animal. Pues es un ser vivo que está desarrollándose. Pero justificamos la matanza de las reses y pollos y cerdos para comer y vestir. ¿Por qué no, entonces, justificar la matanza de otro ser, que aún no es un ser humano, aunque lo será?

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Copro

Neta, eres muy cagado

saulaxo dijo...

chunga lo tuyo es una causa perdida

Rodricus dijo...

Bueno, ahora Obama -los Demócratas, en realidad- se ha cargado lo probablemente único bueno que había hecho Bush: la restricción al fondeo de investigación con células madre embrionarias.

No entiendo a Gandhi. Pero seguramente estaría feliz de saber que en Cuba te va peor si matas una vaca (para vender su carne) que si matas a un cubano (como no se apellide Castro).

A ver si reconoces esto: El cuarto y último paso que eleva a los hombres muy por encima de la sociedadcon los animales, consistió en que comprendió el hombre (no más barruntándolo) que él constituía el genuino fin de la naturaleza y nada de lo que rebulle en la tierra podía hacerle en esto competencia. La primera vez que dijo a la oveja: la piel tuya la Naturaleza no te la ha dado para ti, sino para mí y se la quitó y se vistió con ella, tenía ya conciencia de su privilegio que, en virtud de su naturaleza, lo colocaba por encima de todos los animales (...)"