Ícaro
Sergio Pitol
Almadia. Oaxaca, 2007.
233 págs.
¿Sería demencial decir que Sergio Pitol es el escritor mexicano vivo más importante? ¿Aún más arrojado sería etiquetarlo como el mejor cuentista de México de la actualidad? El poblano, quien descubrió el cuento en sus lecturas de Borges, Onetti y Faulkner, ha hecho de este género una nueva vivencia.
Ícaro es el resultado de años dedicados a la noble y demandante pasión por las letras. El presente volumen es una antología propuesta por el mismo Pitol donde comparte algunas de sus mejores narraciones. Destacan los cuentos «Nocturno de Bujara», «La pantera» y «Cementerio de tordos».
En «De cómo escribí mis primeras novelas» el Premio Cervantes 2005 nos participa de la metodología e influencias en la redacción de El tañido de una flauta y Juegos florales. Por ejemplo, devela que no conoce «mejor enseñanza para estructurar una novela, que la traducción».
Otro de sus textos relata la amistad que ha establecido con Enrique Vila-Matas a raíz de coincidir en numerosos congresos, presentaciones y ferias.
Sergio Pitol
Almadia. Oaxaca, 2007.
233 págs.
¿Sería demencial decir que Sergio Pitol es el escritor mexicano vivo más importante? ¿Aún más arrojado sería etiquetarlo como el mejor cuentista de México de la actualidad? El poblano, quien descubrió el cuento en sus lecturas de Borges, Onetti y Faulkner, ha hecho de este género una nueva vivencia.
Ícaro es el resultado de años dedicados a la noble y demandante pasión por las letras. El presente volumen es una antología propuesta por el mismo Pitol donde comparte algunas de sus mejores narraciones. Destacan los cuentos «Nocturno de Bujara», «La pantera» y «Cementerio de tordos».
En «De cómo escribí mis primeras novelas» el Premio Cervantes 2005 nos participa de la metodología e influencias en la redacción de El tañido de una flauta y Juegos florales. Por ejemplo, devela que no conoce «mejor enseñanza para estructurar una novela, que la traducción».
Otro de sus textos relata la amistad que ha establecido con Enrique Vila-Matas a raíz de coincidir en numerosos congresos, presentaciones y ferias.
Cada uno de los escritos provocan en el lector una levitación tal que, como el mítico Ícaro, sentirá deseos por explorar lo ignoto. La prosa de Pitol, sin duda, alcanza la idea de Belleza.
[Publicado en Istmo, 296, mayo-junio 2008]
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