Existe un dilema alrededor de la pregunta sobre si una persona nace con talento o adquiere el talento. Por ejemplo, Mozart. ¿Nació con un don especial o desarrolló una habilidad extraordinaria? Si aceptamos la primera opción, entonces hemos de preguntarnos, ¿de dónde surgió ese don? Según nuestras clases de lógica, biología y filosofía, de la nada nada sale. De manera que el don no pudo surgir espontáneamente. De acuerdo con esto quedan aún dos posibilidades: que el don provenga de a) Dios o b) los genes. Asumiendo que es a), habría que preguntarnos por qué Dios dotó a Mozart de semejante don y no a Salieri, por ejemplo. (¿Será acaso porque uno de sus nombres era Teófilo, amigo de Dios?) Por otro lado, Mozart era hijo de Leopold Mozart, un músico promedio que servía al príncipe arzobispo de Salzburgo. Definitivamene la música corría por sus venas. Cabe, entonces, el argumento genético. Sin embargo, este puede fácilmente ser derrumbado al mencionar que ningún hijo de Amadeus Mozart heredó la musicalidad de su padre. Si fuera algo genético los hijos del compositor austriaco hubieran sido igual o más genios en la música. Pero no lo fueron. Sigue en pie la posibilidad del don divino. La frase "Los planes de Dios son desconocidos" es un lugar común, pero uno mortal qué va a saber de los planes de la divinidad.
Me separaré del argumento teológico y centraré la atención en la parte genética. La razón por la cual Mozart no heredó ese talento musical a sus hijos es porque en la transmisión de genes se heredan millones de características --físicas y psicológicas-- que provocarían una desviación natural de otras características. A lo mejor sus hijos estaban dotados de buen oído, pero nunca estuvieron interesados en la música, pues, además, la herencia genética se comparte. Tal vez Constanza tenía un conocimiento sobre música muy elemental y la información biológica que heredó es otra. En este momento, las posibilidades de transmisión de genes se hace, prácticamente, infinita.
Mozart fue el músico que llegó a ser gracias a una serie de factores accidentales que estuvieron presentes en ese momento. 1) Su padre era músico; 2) seguramente escuchó a su padre tocar varios instrumentos en casa cuando él era un infante; 3) tenía una auténtica admiración por su padre; 4) el piano, instrumento donde más destacó, lo tenía a su alcance, y 5) algún resfriado de bebé. Los primeros dos puntos se explican por sí mismos e incluso ya mencioné algunos detalles de ambos. El 3) también requiera cierta orientación, pero también me parece evidente: uno busca imitar a quien admira, a quien considera su líder. Los niños buscamos ser de grandes como aquellos que en nuestra infancia admirábamos. El punto 4) también podría intuirse, pero aclaro. Cuando uno tiene cierta curiosidad por algo y ese algo lo tiene disponible, resulta más fácil que experimente con ese algo. Si además ese algo está relacionado con el punto 3), la amalgama es natural. Si en cambio reprimes ese impulso, se creará un vacío emocional. Finalmente toco el punto que puede ser más desconcertante, el 5). Quienes somos padres --y muchos otros que no lo son también-- hemos pasado por los resfriados de los bebés. Cuando hay una pequeña infección que provoca mucosidad ocasionalmente se convierte en pus que sale por el oído. A esto se le conoce en la jerga médica como "se le reventó el tímpano". Hay inflamación en todo el aparato auditivo y es bastante molesto. Los niños que han atravesado por algo así resultan tener oídos muy sensibles: no soportan el ruido, el volumen alto y todo lo que sea estridente.
Mi teoría es que Mozart llegó a ser ese gran compositor porque esas cinco variables se fusionaron, accidentalmente, en determinados momentos de su existencia. Seguramente traía toda la predisposición para convertirse ese exquisito músico, pero si el resto de las variables no hubieran estado, el mundo jamás habría conocido "Júpiter" o "Rondó a la Turca".
Recuerdo una película, Los niños del Brasil, donde se juega con una teoría genética. Para evitar que Hitler dejara de existir se hicieron varios clones de él, para que una vez muerto, hubiera un heredero. Se busca que estos clones vivan las mismas experiencias que el original para que cuando llegue el momento pueda asumir el poder y continuar la misión del Tercer Reich. Sin embargo, esto es prácticamente imposible.
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