13.2.09

¿Amar o enamorarse?

Hace un momento salí de mi clase, vine a mi oficina, prendí mi máquina y salí a desayunar las quesadillas de los viernes. En el camino me topé con al menos ocho globeros con centenares de globos referentes al Día del amor y la amistad. Es natural, estoy en una universidad y allí hay muchas novias y novios y amigas y amigos y parejas y esposos y pretextos para regalar un globo o una flor --porque también había una señora con cubetas llenas de rosas y tulipanes. Entonces me di cuenta que hoy pude haber enfocado la clase hacia el tema del amor y la amistad como valores del ser humano.

En otra ocasión abordo el tema de la amistad --el Lisis de Platón será un buen inicio--. Lo que hoy trataré será el amor. ¿Qué es el amor? Ante todo es una decisión. Amar es escoger a otro ser humano como pareja a pesar de sus vicios y virtudes. E incluyo las virtudes en este "a pesar" porque en ocasiones las virtudes de otra persona pueden ser estorbos en el modo de ser del otro. Por ejemplo, cuando alguien es muy detallista --fijarse en los detalles-- suele ser una persona difícil con la que estar porque estará señalando el mínimo desajuste.

Por otro lado, está el enamoramiento, que es distinto al amor, aunque se encuentran en algún momento. Enamorarse es, ante todo, recibir una descarga química que enloquece y genera un estado de bienestar individual. Es la pasión en su máxima expresión. Se convierte, incluso, en una droga: puede ser totalmente adictivo la sensación de enamoramiento. Hay gente que busca esto constantemente, porque enamorarse es sólo un estado físico detonado por una combinación de sustancias que, en ese momento, inundan nuestro organismo. Pero al igual que sucede con una deliciosa comida, el placer de la misma se reduce al tiempo que duran las reacciones. En el instante que dejen de correr esas feromonas y dopaminas y demás químicos que me hacen sentir "maripositas" en el estómago, dejaré de estar enamorado.

El amor es mucho más profundo. Es una elección consciente por compartir con otro ser la vida. Enamorarse es la repuesta a un impulso animal que en nada se distingue del perro que se vuelve "loco" cuando olfatea una hembra en celo. Este estado primitivo que constantemente confundimos con amor sirve para establecer una auténtica relación humana. Amar es buscar crearle al otro esas "maripositas" de manera consciente, es querer conquistar al ser amado aunque el periodo de enamoramiento --generalmente de dos años, en ocasiones menos-- haya caducado.

Pero el enamoramiento es prescindible. Hoy cuesta más trabajo entender esto pues la mayor parte de la motivación del ser humano está depositada en el cuerpo y sus pasiones. No obstante, el amor entre los seres humanos se da incluso sin este cosquilleo previo. Y aquí no me estoy refiriendo al amor entre padres e hijos, el cual es excepcional y tiene otras características. No, aquí referencio estrictamente el amor de pareja. Casi puedo asegurar que el enamoramiento como preámbulo para el amor es una invención del Romanticismo. Es bonito, es lindo, se siente bien estar enamorado, sentir ese estado eufórico y de embriaguez por otra persona, ese deseo carnal por estar todo el tiempo junto al otro. Sí, es verdad, es deseable. No por ello, indispensable.

Hoy, sin embargo, la confusión reina en estos terrenos. El amor se confunde con sexo, aventuras, experiencias y la satisfacción personal de nuestras necesidades físicas. Entonces me pregunto, ¿dónde está el ser humano?

3 comentarios:

saulaxo dijo...

Chunga, demasiado intelecto tambien es malo. A veces hay que dejarse llevar. Premeditar todo te puede llevar a una vida mediocre y aburrida

Roberto Rivadeneyra dijo...

De acuerdo y no me parece sugerir premeditar todo. Yo mismo nunca lo hago. Mi línea está dirigida hacia exactamente todo lo opuesto, evitar convertirse en una veleta, que va y viene sin control alguno.

Rodricus dijo...

El ser humano puede estar, Chungue, en cualquiera de las anteriores: enamorado, amando (en pareja), sexeando (con o sin pareja). ¿Qué es más humano? Yo ahora digo: dar tu regalo a la vida y abrirte al amor (con o sin pareja).

El proceso que describes como enamoramiento es, me parece sólo un aspecto del mismo, pero el más superficial. Yo estoy convencido que para el enamoramiento hay que hacer una inversión emocional, y que no es una elección. Vamos, uno puede elegir tener muchas aventuras, facilitar las cosas para tener arrebatos, o darse a la promiscuidad. Pero si tuviera que decir algo sobre el enamoramiento, es que cambia la vida de la persona. Y uno no puede dar tantos cambios.

Por eso cuando dices que el enamoramiento es prescindible me pregunto si no con ello te cargas también a lo que el cambio de vida lleva, que es, cuando hay correspondencia, al amor. Dicho de otra forma: creo que no puede darse amor de pareja sin enamoramiento. Decir entonces que el enamoramiento es prescindible, nos llevaría a afirmar que el amor de pareja es prescindible.

Lo cual es cierto.