Hoy comí con Isolino. Este hecho no es el que hace, por sí mismo, que la comida haya sido peripatética. Lo fue la plática que surgió como consecuencia de la sobremesa. La conclusión, él es un aristotélico necio, realista e reduccionista al absurdo; yo, un platónico necio, formalista y dispuesto a defender que la forma no es un co-principio de la materia. Eliminada ésta, aquélla subsiste.
5 comentarios:
Nihil obstat
...
Sístole
Diástole
Infierno
Es asombrosa la manera que tiene la vida para castigarlo a uno
platon es puto!
Eso, Saúl, es una obviedad.
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