Quise ir a ver "Ashes and Snow". El centro estaba como siempre más un porcentaje extra: hasta la madre. Quise comer en la terraza del Holiday Inn. Su prepotencia y mal trato me alejaron. Comí un par de tortas de pavo en "El rey del pavo". ¡Exquisitas! Pedí una cerveza que venía tibia. Recordé Pedro Páramo y solicité un vaso preparado para michelada. Mejor. Caminé un poco por las calles del centro. ¡Maravilloso! 54 pesos de estacionamiento. ¡Un robo! Me llevaron mi auto, no di propina. Acabo de regresar de tomarme un capuccino en Starbucks. Tal vez nunca vea la obra que gratuitamente se presenta en el Museo Nomádico. Tendré que conformarme con la experiencia vía YouTube o similar. Fin.
3 comentarios:
Soy un fantasma...
Lo mejor de vivir en una gran ciudad es su vida cultural, pero esta se ha puesto imposible si no tienes el riñon bien cubierto. Ni el cine es accesible ya.
cuidado, estos textos cada vez se parecen más a los del Doc.
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