Terminó la Semana Santa. Hoy amaneció el valle de México con temperaturas bajas. El frío es escandaloso. Odio el frío. Prefiero sudar la gota gorda que tiritar; prefiero la comodidad de la poca ropa que parecer un oso-robot, incapaz de movimientos ágiles y coordinados. En la semana pasada vi un programa que buscaba darle una explicación a la extinción de los grandes mamíferos. Surgieron tres teorías predominantes: la era glacial 23, la matanza humana y una enfermedad hipercontagiosa. Al final no concluyeron nada y todo quedó igual. Hoy sé que el frío que se estacionó en la ciudad está congelando mis neuronas y mi sensibilidad literaria. No hay bacterias ni matanzas, sólo congelamiento.
2 comentarios:
Yo tambien soy friolero, aguanto mejor el calor
Jesus
En tierras ibéricas no tenemos frío por estas fechas, va a ser cosa de la geografía. Particularmente en Valencia, los días más fríos no son realmente difíciles de soportar.
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