La falta de consciencia que hemos tenido sobre la ecología de nuestro mundo desde hace siglos nos está pasando la factura. Las tormentas y huracanes son cada vez de mayor intensidad. En estos momentos acabamos de vivir la experiencia de Dean, quien destrozó Chetumal y provocó inundaciones y demás problemas en otras ciudades.
Esta entrada, sin embargo, no tiene tintes ecologistas ni mucho menos. No soy devoto de la consciencia colectiva. Pienso que eso debe ser algo que cada quien asuma y así generar una cadena de individuos conscientes. De otra forma me parece absurdo.
La verdadera razón de esta entrada era compartir la admiración que tengo hacia la naturaleza. Contemplar los fenómenos naturales es, para mí, sublime. Ver esta foto del huracán tomada desde un satélite donde claramente se ve que a su paso está un pueblo, una ciudad, un país y que no hay nada que humanamente se pueda hacer para impedirlo me resulta incluso espiritual. Entonces llega el momento en el que mi finitud se hace evidente.
4 comentarios:
Huuuuyyyyy...
Veo la foto y me pasan varias cosas... me maravillo por el nivel de tecnología que el hombre ha conseguido como para captar esa imagen; me siento pequeñita y dimensiono que para Gaia no somos más que una tropa de hormigas bastante molestosas; me acuerdo increíblemente de la película "El Día Después de Mañana" y de otra, "Una Tormenta Perfecta". Y vuelvo a sentirme más pequeñita aun.
Saludos!!!!
Ahí radica el auténtico sentido de esta existencia humana... EN SER UNA MOTA DE POLVO DE ESTRELLAS DENTRO DE LA INFINITUD O LA ETERNIDAD CAOTICA DEL UNIVERSO!!!
Comparto el mismo sentimiento de sublimidad, espiritualidad y finitud de mi misma ante la naturaleza...
Besos
Lo llamaba el PseudoJustino "sublime"... hasta Kant.
Felicidades, Chunga-Hegel.
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