"Lentamente la luna azulada de la primavera se encarama sobre las casas, trepa a los minaretes entre las palmeras restallantes, y con ella la ciudad parece desplegarse como un animal que, terminado el invierno, sale de su cueva, se estira y empieza a beber la música de estos tres días de fiesta.
El jazz que se escapa de los sótanos desplaza el apacible aire invernal de los parques y avenidas, mezclándose quizás al llegar al horizonte con el tamborileo de la hélice de un barco en las aguas profundas del estuario. O por un breve instante se puede ver y oír el estallido y la lenta caída de un fuego de artificio contra un cielo que por un momento se enrosca en los bordes y enrojece como una hoja de papel carbónico ardiente; carcajadas frenéticas que se mezclan con el mugido ronco de un viejo barco, más allá de la barra que defiende el puerto, como una vaca delante de la puerta cerrada del establo.
'El enamorado tiene miedo del Carnaval', dice el proverbio." (Pág. 259)
1 comentario:
Veo que estas metido de lleno en el Cuarteto de Alejandría.
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